martes, 24 de febrero de 2015

SIPNOSIS DE SANTA MARÍA DE RETORTILLO

                HISTORIA


   La iglesia se levantó sobre una necrópolis altomedieval de repoblación, sin tener muy claro que a su vez estaba sobre las ruinas romanas de Julióbriga.

   La primera cita escrita está en el Cartulario de Santillana del Mar, en 1057. Se cita un lugar llamado Rio Tortillo. Después nada, no se nombra ni iglesia ni monasterio en el Fuero de Cervatos (999), ni en el resto de cartularios.
Santa María de Retortillo, orientación SW (Foto: Javi Pelaz)

   Si había una necrópolis altomedieval quiere decir que había población. Es posible que en este lugar o cerca de él hubiese algún sitio de culto. Estas tierras se repoblaron hacia el 800, y la continua exposición a las aceifas y razzias musulmanas hacen que no se conserven ningún vestigio anterior a la iglesia del siglo XII. No obstante, por la predisposición a construir en el mismo lugar las distintas civilizaciones sus templos de culto puede haber existido -donde estamos- un dolmen, un templo romano, una iglesia paleocristiana y el actual templo.

               ARQUITECTURA

   La iglesia está construidaen en la primera mitad del siglo XII, pero durante todo el siglo va siendo remodelada. En la primera mitad un taller rural edifica el ábside con rudos capiteles, la nave y la parte baja del presbiterio, más el tímpano de la portada sur.
Santa María de Retortillo, orientación E (Foto: Javi Pelaz)

   A finales del siglo XII, se construye la puerta occidental tapiada, la espadaña y el arco y la bóveda de cañón del presbiterio y los magníficos capiteles del arco triunfal.

   Partes de la construcción:

-  Ábside.

   En el exterior, el ábside tiene tres paños verticales con dos contrafuertes, que a media columna se rematan con  columnas dobles y capiteles hasta la cornisa. Hay tres ventanales: el central abocinado con archivoltas y columnas. La cornisa con doce canecillos y los capiteles de las columnas dobles.
Tímpano de la portada meridional (Foto: Javi Pelaz)

   El ábside interior es lo más interesante de la iglesia. Tiene aportaciones de varias épocas. Es de bóveda de horno apoyado sobre una imposta de hojas cutripétalas. Ésta se prolonga en el presbiterio y forma el cimacio del arco toral. Hay tras ventanas , teniendo la central columnas y capiteles. El arco toral toral y la bóveda de cañón son apuntados (finales del siglo XII). Los capiteles del arco toral son quizás lo más destacado de la iglesia, nada que ver con la rudeza y el acabado del resto de capiteles. El autor es del taller de Aguilar de Campóo y están esculpidos hacia 1170, posiblemente traidos del taller y montados. La iconografía representa caballeros en lucha.

   Mención especial merecen las credencias del presbiterio con fustes únicos y decoración primitiva. Son dos arcadas ciegas con ajedrezado y archivolta de baquetón. En las enjutas dos parejas de aves y leones enfrentados en bajo-relieve.

Cabecera de la iglesia (Foto: Higuera)

   -Nave

   Muy modificada, con bóvedas de nercios . El segundo tramo con medias columnas con basas de lengüeta, conserva pocos elemntos románicos.

   - Portadas 
Portada oeste (Foto: Higuera)


   La portada meridional es muy sencilla y modesta: tres arquivoltas de medio punto planas y lisas, apoyadas en jambas rematadas en impostas con decoración simple.
A destcar el tímpano fuera de la puerta, que puediera ser de la primera construcción. Es un bajorrelieve de grifo y león enfrentados con una cruz griega y dos ángeles, simulan guardar la puerta del templo. Esta parte estuvo recubierta por un cobertizo que se quitó en una restauración.
La puerta oeste está tapada exteriormente por la espadaña. Tres columnas a cada lado con capiteles muy erosionados. 

   -Espadaña

   Está sobre el muro del hastial, se construye una escalera exterior para acceder al campanario, recuerda a la de Bolmir, con dos troneras con arcos apuntados y líneas de imposta decorada con puntas de diamantes y bolas.

Capitel del arco triunfal


   Conclusiones

   Iglesia por fuera sobria y sencilla.
  Por dentro algunos tesoros que no se esperan encontrar aquí.
  El lugar es sitio de muchas civilizaciones y aporta datos a dos teorias en discusión:
1 La existencia de Aguilar de Campóo de un centro de producción de tallas y esculturas de una altísima calidad, posiblemente creado en la segunda mitas del siglo XII, por maestros canteros franceses ligados a Cluny, que ante la aparición del gótico (1135-1150), se desplazan a España. 
2 La teoría del "lugar sagrado", sitio donde aprovechando la estructura existente se van construyendo templos de cultos sucesivos (celtas, romanos, paleocristianos, crfistianos...)

Texto: Tomás Lozano. Santander



LAS CELOSÍAS LEBANIEGAS DE PERROZO Y ENTERRÍAS DE TRADICIÓN ASTURIANA



      Tras el debacle de la monarquía visigoda –a raíz de la invasión musulmana de la Península en 711- un sinnúmero de laicos y clérigos hispanogodos se refugiaron en las fragosidades transmontanas del solar cántabro-astur. 

      En el transcurso de varias décadas se va consolidando el minúsculo territorio norteño, Asturorum regnum, cuyos monarcas se consideran continuadores de los reyes visigodos de antaño. A partir de Alfonso II el Casto comienza, en un principio,  a construirse monumentos religiosos con evidentes influencias hispano-romanas y carolingias, hasta llegar a ser, en tiempos de Ramiro I y Alfonso III, un estilo con personalidad propia, conocido como arte asturiano.

      Uno de los elementos arquitectónicos característico de la nueva manera de construir es  la profusa utilización ornamental, principalmente en los vanos de los paramentos de sus iglesias, de tracerías o celosías de clara ascendencia islámica. De aquella mozarabía emigrada a territorio cántabro-astur más por necesidades de supervivencia que por otro estímulo personal, habrían alarifes, ya que dejaron su impronta en lo nuevos monumentos  con elementos claramente orientales. Es el caso de las celosías que ornan las ventanas de muchos edificios.

Celosía de Perrozo


      En la comarca cántabra de Liébana han aparecido piezas disímiles de celosías de clara influencia asturiana, denominadas por el nombre de las iglesias donde se hallaron: la Asunción de  Perrozo, de origen románico, y  San Salvador de Enterrias, de los municipios de Cabezón de Liébana y Vega de Liébana respectivamente.

-Celosía de Perrozo

      Su datación corresponde probablemente al siglo IX. Es un fragmento de una tracería, de forma semicircular, cuyo borde  se adorna con zarcillos ondulados. En su interior encierra una tosca flor de cinco pétalos horadados, de los cuales dos están rotos. Actualmente se expone al público en el Museo Diocesano “Regina Coeli”, de la villa cántabra de Santillana del Mar.

-Celosias de Enterrias

      Son dos fragmento. Uno está incompleto y muestra en su decoración una tradición visigoda: arcos de herradura, funículos y triángulos. 
Celosia de Enterrías (Foto: Javi Pelaz)

      La otra, encontrada en buen estado, es la más interesante por doble motivo. Dentro de una estructura rectangular (69x59 cm), presenta una estrella de ocho puntas en el centro y ocho triángulos en el resto, separados por diversos ejes, unos con estrías y otros con triángulos, que convergen en la estrella central. En sus ángulos aparecen aspas o flores cuatripétalas, y en el borde perimetral elementos geométricos en zig-zag. El otro motivo excepcional es que en el eje central se aprecia una inscripción: ANTERUS ME FECIT (Antero me hizo). Podría aludir al artífice del templo y sería por tanto el primer arquitecto conocido en Cantabria, ya que su nombre es de origen tardorromano. Su cronología debe situarse entre las postrimerías del siglo VIII y primera mitad del IX, si tenemos en cuenta su simultaneidad con las celosías asturianas. 

      Ambas celosía están expuestas en el interior de la referida iglesia, aunque la mejor conservada se utilizó, hasta la reforma de la iglesia, como peldaño para subir al coro. En la actualidad adorna el frontal del altar mayor.

Texto: Javier Pelaz. Santander

Bibliografia:

“Beato de Liébana y los beatos”. Campuzano Ruiz, Enrique. Consejeria de Cultura , Turismo y Deporte de Cantabria. 2006
“Orígenes de la Nación Española. El Reino de Asturias”. Sánchez Albornoz, Claudio. Editorial SARPE. 1985



sábado, 21 de febrero de 2015

BEATO DE LÉBANA. MONASTERIO DE SANTO TORIBIO. JESÚS OTERO

En uno de los muros del atrio que da acceso al claustro del monasterio de Santo
Toribio de Liébana, se encuentra un relieve realizado en 1973 por el escultor
Jesús Otero bajo el título Beato de Liébana en su scriptorium, o como el propio
escultor lo denominó, El Beato, con su pluma y su mente.
Otero nació en 1908 en la localidad cántabra de Santillana del Mar. Hijo de
campesinos, su contacto con las labores del campo tuvo una importante
repercusión en su obra posterior, donde los animales ocuparon un lugar muy
destacado. Con doce años abandonó la escuela y realizó su primera escultura: un
autorretrato con aires románicos.
Relieve de " Beato con su pluma y su mente"

 
Cinco años más tarde se fue a Santander, donde compaginó su trabajo entre los
canteros con la asistencia a las clases de la Escuela de Artes y Oficios, que por
aquel entonces dirigía Lavín Casalís. Gracias a que el doctor Ramón Miguel
descubrió su obra, Otero fue incluido en 1924 en una exposición colectiva en el
Ateneo de Santander. Allí coincidió con otros artistas del momento, como Daniel
Alegre, Gerardo de Alvear, Ricardo Bernardo y Flavio San Román, a través de
quien debió conocer a Santiago Montes, con el que compartió los primeros pasos
de su andadura artística. Con veintiún años fue becado por la Diputación
Provincial para ampliar sus estudios en la Academia de Bellas Artes de San
Fernando, donde permaneció por espacio de dos años en compañía de su amigo
Santiago Montes.
 
Al iniciarse la Guerra Civil fue nombrado Delegado de Bellas Artes en Santillana
del Mar por el Gobierno de la República, para el que terminó combatiendo en el
frente norte hasta que fue apresado en Sotres. Su defensa de los ideales
republicanos hizo que fuera condenado dos veces a muerte y que pasara un par
de años de estancia en diversas cárceles españolas.
Fruto de su afinidad con el bando republicano fueron las constantes trabas a su
persona y trabajo una vez finalizada la contienda. Claro ejemplo de ello fue el
hecho de que, en 1967, se le impidiera ejecutar las esculturas destinadas a
decorar la fachada de la Caja de Ahorros de Santander en la Plaza Porticada, a
pesar de que había ganado el concurso. Finalmente la obra fue adjudicada a
Agustín de la Herrán.
 
Con el paso de los años le llegó el tan merecido reconocimiento, como testimonian
las diferentes distinciones que recibió. En 1981 fue nombrado Hijo Predilecto de
Santillana del Mar; en 1988 recibió el título de Hijo Predilecto de Cantabria y la
Medalla de Plata de la Diputación Regional; en 1990 el Ayuntamiento de Suances
le nombró “Farero Mayor” y, en 1991, el de Santillana del Mar bautizó con su
nombre la Escuela Taller. Dos años después el escultor donó toda su obra al
pueblo de Santillana, dando pie a la creación del Museo Fundación Jesús Otero,

que se inauguró el 19 de marzo de 1994. Pocos meses más tarde, el 26 de agosto
de ese año, falleció en su villa natal.
La obra que realizó para el monasterio de Santo Toribio debe encuadrarse dentro
de la producción religiosa que comenzó a crear en los años cuarenta y que tuvo
un papel fundamental en su producción artística, destacando la larga serie de
Cristos. Es un bajorrelieve realizado en piedra, material indispensable en las
creaciones de Otero, quien tan sólo recurrió ocasionalmente a otros materiales
como la madera, el mármol o el bronce. En este caso concreto el escultor trató de
hacer un homenaje a Beato, monje de gran cultura que vivió en el cenobio
lebaniego entre finales del siglo VIII y principios del IX. Allí escribió los célebres
Comentarios al Apocalipsis de San Juan, con los que se propuso ayudar a sus
contemporáneos a afrontar la llegada del año 800 y la proximidad del fin del
mundo. Tiempo después esta obra inspiraría a los miniaturistas mozárabes, lo que
contribuyó, en gran medida, a que pasara a la posteridad.
Monasterio de Santo Toribio de Liébana

 
El relieve de Jesús Otero representa a Beato en su scriptorium escribiendo su
obra con la pluma. Le acompañan tres ángeles -Uriel, Razías y Maltiel- que salen
del templo portando las copas que llevan las plagas apocalípticas.
Aurelio García Cantalapiedra definió en 1973 la obra de Otero como la de un
artista fiel al Románico, cuya estética había sido actualizada en sus manos: Jesús
Otero trabajó con el maestro de Compostela. Con él labró el pórtico de la Gloria;
es pues, un hombre del románico, un hombre que lleva diez siglos fiel a su arte.
Años más tarde, en 1980, volvió a referirse al maestro en términos semejantes al
hacer alusión a la obra que estaba labrando en Liébana: Tal era el gesto
emocionado al acariciar sus manos las sabias labras del pórtico, que parecía más
que hallazgo primero, encuentro con algo suyo que había quedado oculto por las
nieblas del tiempo. Esta impresión se repetiría en la Liébana, cuando realizó el
relieve para el Monasterio de Santo Toribio. Yo vi como Jesús trabajó en él en una
transfiguración de mil años, cómo se sentía a gusto dando los últimos golpes de
maza necesarios para terminar el Monasterio…
Esa influencia del Románico, del que Otero se embebió en la colegiata de
Santillana, puede rastrearse perfectamente en la obra que nos ocupa, pues
participa de muchos de los rasgos que caracterizaron a ese estilo. Es el caso del
acartonamiento que impera en el plegado de los ropajes o de la frontalidad que se
busca en los personajes, aún a cosa de adoptar posiciones antinaturalistas con las
que retuercen su cuerpo girando sus rostros hacia el espectador. Si fijamos
nuestra vista en el libro que escribe Beato, veremos que éste se vuelve hacia
nosotros con una perspectiva forzada que, lejos de ser una falta de pericia por
parte del escultor, es fruto de su intencionada mirada al pasado medieval.
Estos y otros elementos hacen que este relieve con apenas cincuenta años de
existencia esté conectado con el Románico, lo cual no resta un ápice de valor a la
creación, pues como bien señaló M.A. García Guinea: merecería por su
solemnidad estar sobre los montes, a la fuerza del Sol, como lo están varias obras
de Otero tan empinadas y solitarias. Los tres ángeles que bajan, antorcha en
mano, lo pueden hacer de alguna nube o de cualquier pensamiento. Y el gran
comentarista en su scriptorium, con esa mano interrogativa que apunta a la mente,
pone el dedo en la llaga allí donde está el principio trascendente del hombre.
Esta obra puso punto final a las obras del monasterio lebaniego, iniciadas en el
medievo: El beato, junto al atril, ha levantado un momento la cabeza; interroga con
la mirada al escultor, mira también a sus ángeles, vuelve a su labor. Los ángeles
han comprendido el gesto y mueven la mano del artista. Santo Toribio de Liébana
quedará terminado.

BIBLIOGRAFÍA
CRESPO LÓPEZ, M.: Cántabros del siglo XX (II). Semblanzas biográficas. Santander, 2013.
GARCÍA CANTALAPIEDRA, A.: “Jesús Otero. Maestro del Románico”. Diario Alerta, 11 de octubre de 1973.
GARCÍA CANTALAPIEDRA, A.: “Acto Homenaje a Jesús Otero”. Parador Nacional de Santillana del Mar, 3 de
agosto de 1980.
HIERRO, J. y PUENTE, J. de la: Jesús Otero. Escultor. Santander, 1994.
SALCINES, L.A.: Jesús Otero. Poeta de la piedra. Santander, 1989.
SALCINES, L.A.: Jesús Otero, la piedra viva. Torrelavega, 1982.
SALCINES, L y MONTESINOS, A.: “Jesús Otero y Mauro Muriedas. Mano, materia y forma: poéticas de la
piedra y la madera”. La Ortiga, nº 84-85, 2008, pp. 99-140.

FICHA TÉCNICA
Universidad de Cantabria
VICERRECTORADO DE CULTURA, PARTICIPACIÓN Y DIFUSIÓN: Elena Martín Latorre
DIRECTOR DEL AULA DE PATRIMONIO: José Luis Pérez Sánchez
Autora del texto y coordinadora del proyecto ‘LA PIEZA DEL MES’: Isabel Cofiño Fernández, doctora en Historia del Arte
por la Universidad de Cantabria.
CAMPUS CULTURAL UNIVERSIDAD DE CANTABRIA. Teléfono.: 942 202001. e-mail: aulas.extension@unican.es
Dirección: Edificio Tres Torres, Torre C, Planta -2. Avda. de los Castros, s/n. 39005 Santander








miércoles, 18 de febrero de 2015

II JORNADAS DEL ROMÁNICO



        II Jornadas del Románico

Organizan:         Aula de Patrimonio Cultural de la Universidad de Cantabria
                           Asociación “Amigos del Románico” de Cantabria/Asturias


 
Portada occidental de Santa María de Piasca (Foto: Javi Pelaz)

Programa:

Sábado 7 de marzo
Lugar: Paraninfo de la Universidad. Sala Fray Francisco de Vitoria. Calle Sevilla, 6. Santander
Hora: 10.30 h.

Jaime Nuño González. Director del Centro de Estudios del Románico.
“Ante la puerta. La vida cotidiana alrededor de una iglesia románica”.

Sábado 14 de marzo
Lugar: Colegiata románica de San Pedro de Cervatos (Cantabria).
Hora: 10.30 h.

Isabel Cofiño. Doctora en Historia del Arte.
Visita guiada al monumento.

Sábado 21 de marzo
Lugar: Paraninfo de la Universidad. Sala Fray Francisco de Vitoria.
Hora: 10.00 h.

Isabel Ruiz de la Peña. Profesora Titular de Historia del Arte de la Universidad de Oviedo.
“Iconografía y simbolismo de las portadas románicas de Asturias y Cantabria”.

Marta Poza Yagüe. Profesora de Historia del Arte Medieval de la Universidad Complutense de Madrid.
“El significado iconográfico y funcional de una manifestación pública: los mensajes de las imágenes en las portadas románicas de Castilla y León”.

Sábado 28 de marzo
Lugar: Iglesia románica de Santa María de Piasca (Liébana-Cantabria).
Hora: 10.30 h.

Isabel Cofiño. Doctora en Historia del Arte.
Visita guiada al monumento. 

Músicos de Piasca (Foto: Javi Pelaz)




Currículum de los ponentes:

Jaime Nuño González, natural de Gumiel de Mercado (Burgos). Licenciado en Arqueología y en Historia Medieval por la Universidad de Valladolid (1981 y 1982).
Ha participado o dirigido más de cincuenta trabajos de investigación y documentación arqueológica, aunque su labor principal está vinculada desde 1985 a la que desde Aguilar de Campoo realiza la Fundación Santa María la Real. En estos momentos es director del Centro de Estudios del Románico de dicha institución, desde donde se han puesto en marcha proyectos de estudio del arte románico, como la Enciclopedia del Románico en la Península Ibérica (de la que es coordinador general y de la que ya se han publicado 42 volúmenes) o el Centro de Documentación del Arte Románico que contiene una base de datos de más de 5.000 testimonios de esa manifestación artística, que de forma gradual están apareciendo en la plataforma web www.romanicodigital.com. Ha participado en numerosos proyectos de desarrollo a partir de la puesta en valor en patrimonio cultural, como Románico Norte, que ha intervenido en 54 templos del norte de las provincias de Palencia y Burgos y que ha merecido en 2013 la Medalla de Oro de Europa Nostra. Es autor de más de medio centenar de publicaciones, relacionadas especialmente con el arte, la historia y la cultura de la Edad Media, así como de trabajos vinculados con la gestión del Patrimonio Cultural, destacando entre todo ello la obra Una aldea en tiempos del Románico, galardonada por el Ministerio de Cultura como el mejor libro editado en 2009 en categoría de libros infantiles y juveniles y ahora en proceso de traducción a varios idiomas.

Colegiata de San Pedro de Cervatos (Foto: Javi Pelaz)


Isabel Ruiz de la Peña González (Oviedo, 1973). Isabel Ruiz de la Peña González se doctoró en Historia del Arte por la Universidad de Oviedo gracias a una beca F.P.U. en el año 2000, donde es Profesora Titular desde 2007. Ha ampliado estudios de su especialidad en Historia del Arte Medieval en sucesivas estancias de investigación desarrolladas en la Universidad de Tours (1997), en el Centro de Estudios Superiores de Civilización Medieval de Poitiers (1997, 1998, 2001 y 2002)  y en la Universidade Nova de Lisboa (2003). Desde su licenciatura ha participado en numerosos seminarios y congresos nacionales e internacionales (Francia, Gran Bretaña, Portugal) de Historia del Arte Medieval.
Ha sido Investigadora Principal del Inventario-catálogo de los bienes del tesoro artístico de interés para el Principado de Asturias y ha participado en la Revisión del Catálogo Arquitectónico de Oviedo. Ha estado vinculada a otros proyectos de investigación interuniversitarios de la FICYT y del Ministerio de Educación y Cultura.
Sus principales líneas de investigación se centran en el arte altomedieval y románico del Noroeste de la Península Ibérica. Es autora de más de una veintena de artículos en el ámbito de su especialidad y de varios libros entre los que destacan Arquitectura religiosa medieval en el espacio oriental de Asturias: siglos XII-XVI (Oviedo, 2002), El legado de Magín Berenguer (1918-2000). Arte medieval asturiano (Oviedo, 2008) y un manual de Historia del Arte Medieval en colaboración con J.V. García Marsilla y C. Mancho, editado por la Universidad de Valencia en el año 2012.

Detalle de la portada de San Pedro (Foto: Javi Pelaz)


Marta Poza Yagüe. Licenciada en Geografía e Historia (1993) y Doctora en Filosofía y Letras (esp. Historia del Arte) por la Universidad Autónoma de Madrid, donde defendió su tesis doctoral La portada historiada en Castilla y León. Del Románico Pleno al Tardorrománico y Estilo 1200 (2004), bajo la dirección del Prof. Isidro G. Bango Torviso. Desarrolla su actividad docente como Profesora Contratada Doctora en la Universidad Complutense de Madrid, desde su incorporación al Departamento de Historia del Arte I (Medieval) en 2006.
Su labor investigadora se centra en el desarrollo del Románico en los reinos peninsulares, atendiendo especialmente a los ámbitos escultórico e iconográfico, así como a los vínculos que se establecen entre la imagen y el auditorio al que va dirigida, con atención preferente a su reflejo en el panorama de los ingresos monumentalizados.
A través de este elemento ha estudiado el mundo de las relaciones entre monarquía e imagen [“Entre la tradición y la reforma. A vueltas de nuevo con las portadas de San Isidoro de León” (2003) y “'Liberum uobis damus et liberum custodite’. El episodio de la Matanza de los Inocentes en Santo Tomé de Soria, ¿una instantánea de la historia?”  (2011)]; la itinerancia de los talleres de escultura románicos [“Un itinerario para un taller. El papel de la girola calceatense en la evolución de la escultura hispana del último tercio del siglo XII” 2000)]; la singularidad en el tratamiento de ciertos temas en la plástica nacional [“Sto. Domingo de la Calzada-Silos-Compostela. Las representaciones del Árbol de Jesé en el tardorrománico hispano: particularidades iconográficas” (2001)]; la recepción de otros que evidencian la inserción de los conjuntos hispanos en las principales corrientes ultrapirenaicas [“Recuperando el pasado. Algunas notas sobre las primeras portadas teofánicas del románico castellano-leonés (acerca del relieve conservado en Rhode Island)” (2010)]; o la diferente significación que adquieren ciertos programas en función del espacio en el que se representen [“La plástica de un reinado. Escultura e iconografía en los reinos cristianos occidentales en tiempos de Alfonso VI”, (2011)]. Últimamente, también la pintura mural [“San Baudelio de Berlanga, cien años después. Balance historiográfico y nuevas interpretaciones” (2008)], y el románico altoaragonés [“Fortaleza militar y refugio de fe: proceso constructivo y relaciones estilísticas del conjunto de Loarre” (2009) y “Arte e ideología. Roma y Aragón a finales del siglo XI: la Antigüedad clásica como mecanismo de legitimación de un nuevo reino” (2014)], han sido objeto de atención por su parte. En los últimos meses, ha sido la organizadora de las VIII Jornadas Complutenses de Arte Medieval dedicadas a Alfonso VIII y Leonor de Inglaterra: confluencias artísticas en el entorno de 1200 (noviembre 2014).
Ha participado en los catálogos de varias exposiciones sobre arte hispano medieval como Monjes y Monasterios. El Cister en el medievo de Castilla y León (Santa María de Huerta, 1998), Maravillas de la España Medieval. Tesoro Sagrado y Monarquía (León, 2000-2001); La Edad de un Reyno. Sancho III el Mayor y sus herederos: el linaje que europeizó los reinos hispánicos (Pamplona, 2006) y Alfonso X y su época (Murcia, 2009-2010), comisariadas por Isidro G. Bango Torviso.
Ha formado parte de los Proyectos de Investigación I+D Corpus de Arquitectura Monástica Medieval Española (PAD 89-0201) y Atlas de Arquitectura Monástica Medieval en Castilla y León (SEC 92-1458-E), cuyo Investigador Principal fue Isidro Bango; Arte y Monarquía en el nacimiento y consolidación del Reino de Aragón (1035-1134) (HAR2009-08110) y, en la actualidad, del dedicado a Arte y reformas religiosas en la España Medieval (HAR2012-38037), de los que es IP Javier Martínez de Aguirre.
Fuera del ámbito universitario, es asesora en materia de Arte y Patrimonio Español del Instituto Cervantes, institución con la que colabora desde 1998 en la realización de diferentes proyectos culturales para su página web (cvc.cervantes.es). 
Dintel de la portada de Cervatos (Foto: Javi Pelaz)


Isabel Cofiño Fernández (Gijón, 1971). Licenciada en Historia del Arte por la Universidad de Oviedo, se doctoró en la de Cantabria en el año 2000. Ha sido becaria predoctoral y posdoctoral de la Universidad cántabra, en donde también ha trabajado como Profesora Asociada del Área de Historia del Arte y ha colaborado en diferentes proyectos, como en el Catálogo del Patrimonio Artístico de Cantabria. Sus labores de investigación se han centrado, de un lado, en el estudio del Barroco, fundamentalmente su arquitectura, tal y como demuestran numerosos artículos publicados en revistas de ámbito regional y nacional, así como diversos libros, entre los que sobresale Arquitectura religiosa en Cantabria. 1685-1754. Las Montañas Bajas del arzobispado de Burgos. Una segunda línea de investigación es la relacionada con el patrimonio artístico cántabro, en la que trabaja con especial dedicación desde que en el año 2008 comenzara su colaboración con el Aula de Patrimonio Cultural de la Universidad de Cantabria como coordinadora de los proyectos: Audioguías de los monumentos de Cantabria, Lecciones de Arte y Patrimonio y Las Piezas del Mes. Este último proyecto se ha plasmado en una serie de libros publicados anualmente, desde 2009, bajo el título El Arte mueble en Cantabria: las piezas del mes. Asimismo, ha tomado parte, como coautora, en otras obras relacionadas con el estudio del patrimonio de Cantabria, entre las que sobresalen Ermitas, capillas y santuarios de Cantabria; El Seminario. Pasado, presente y futuro de la Fundación Comillas; o Arte y Arquitectura en el valle del Nansa y Peñarrubia. Actualmente, compagina estas labores de investigación con su trabajo como profesora de Educación Secundaria en el IES La Albericia de Santander.

La inscripción se realizará en:
Aula de Extensión Universitaria: Teléfono 942 20 20 01
                                                           e-mail: aulas.extensión@unican.es

La inscripción  es de carácter GRATUITO

miércoles, 11 de febrero de 2015

EL SOGUEADO: PECULIAR ORNAMENTACIÓN DEL ARTE ASTURIANO

    

      En los monumentos ramirenses encontramos una diversidad de adornos en piedra. Si nos adentramos en la sala superior del belvedere al cabo convertido en iglesia -aludimos a Santa María de Naranco-  apreciamos en sus reciedumbres muros un variado programa escultórico que no sólo embellece la sala, sino que por su novedad se considera el Arte Asturiano como un adelantado a su tiempo. Lo vimos ya con el empleo innovador del arco peraltado realzado (1).

Sogueado asturiano


    Otra componente peculiar de la escultura ramirense es el sogueado. Entendemos que se denomina así por semejar en la piedra una cuerda gruesa o soga. Lo apercibimos esculpido tanto en las columnas (fustes y collarinos) como bordeando espacios de capiteles y cornisas del referido edificio del Naranco Más tarde se utilizará  especialmente en el Románico.

Torque de Burela


      Aunque al funículo o sogueado se le considere un distintivo del periodo de Ramiro I, no deja de ser una técnica importada del Arte Celta, de la llamada Cultura de La Tène II, donde se desarrolló con habilidad el trenzado tanto en objetos de orfebrería -entre ellos el torque (2)-, como en estelas y pilastras. No es aventurado señalar que ya los iberos utilizaron el trenzado y el funículo, tal como se manifiesta en la imagen pétrea de la "Gran Dama Oferente" del Cerro de los Santos, escultura ibérica del s. III a. C.,  en la que se entrevé  -si nos fijamos en las trenzas y collares de la dama- lo que sería con el tiempo la técnica del sogueado.

Gran Dama Oferente


      No por ello, sin embargo,  resta un ápice la indudable personalidad del estilo ramirense, pese a  que confluyan en él elementos romanos y de raiz céltica y, de manera indirecta, orientales y bizantinos. La fusión  de las aportaciones foráneas hace de aquél, por su belleza como por su originalidad, un estilo artístico de primer orden. 

Texto: Javier Pelaz. Santander  

(1) "El arco peraltado realzado, propio del Arte Asturiano". Pre-romanicocántabro-astur.blogspot.com

(2) Es un collar rigido como una herradura circular.
    

     

     

lunes, 9 de febrero de 2015

CUADERNO DE VIAJES: CIRCUITO ROMÁNICO POR LA COSTA ADRIÁTICA ITALIANA

   

      Entre un calor asfixiante llegamos a RÁVENA, la ciudad de los mosaicos. La tumba de Gala Placidia, la basílica de San Vitali y el baptisterio Neoniano tienen mosaicos bizantinos de excelente composición,  calidad y colorido. La basílica de San Vital recuerda un poco a Santa Sofia de Bizancio. Aquélla fue la capital de los bizantinos en Italia y su impronta artística es más que evidente. Es también imprescindible, esta vez desde un punto de vista sentimental más que artístico, la visita a la tumba de Dante. Lo cierto es que entre el calor sofocante ( 39ºC) y el monotema de los mosaicos acabas deseando irte.
San Vitali de Rávena

       Iniciamos el descenso por todo el Adriático  hacia la parte Sur.  Después de una escala en  RÍMINI, el Benidorm italiano, llegamos a BARI. El  casco antiguo (ciutat vechia) está, como casi todos en Italia, muy bien conservado. Es un enclave marítimo con castillo defensivo y callejas muy estrechas, donde los tendederos de ropa enfrentados se tocan. Se respira un ambiente muy mediterráneo con tertulias en la calle al atardecer, charlas e incluso partidas de cartas. En el paseo marítimo hay una extraña quietud, parece que el tiempo se detiene y por un instante recuerda aquel verso de Neruda “son más tristes los muelles cuando atraca la tarde". En este casco antiguo , hay dos iglesias románicas: la catedral de San Sabino y la basílica de San Nicolás. En la primera destaca el esbelto Campanile y el rosetón de la fachada principal. En el interior la doble arcada de la nave central de simetría y ejecución rigurosa. La basílica de San Nicolás es del año 1087 y se construyó para albergar las reliquias del santo, ahora en una cripta debajo del presbiterio. Sobre el altar hay un cimborrio a modo de baldaquino sujeto con columnas rematadas en capiteles  de excelente factura. Ambos conjuntos son un ejemplo del románico apulense, con amplios volúmenes, profusión de arcos en el interior y exterior y aspecto característico por su piedra blanca y su grandiosidad.

Cimborrio de San Nicolás de Bari
  
      Tras una visita a POLIGNANO A MARE, pintoresco pueblo sobre el acantilado con miradores  sobre el mar, plazas pequeñas y bulliciosas y un paseo en barca para visitar cuevas, cuyo principal atractivo es el “tour operator”, Dorino, que te da lecciones de conducción de lancha con el pie y sin manos, mientras increpa a todo aquel que se cruza en su navegar. Fuimos por unas carreteras tortuosas hasta la punta del "tacón de la bota", sin más interés que ver la unión del mar Jónico y Adriático. Al regreso, visitamos LECCE, su principal monumento es la basílica de la Santa Croze, cuya portada barroca parece diseñada por un demente en pleno delirium tremens.

San Nicolás de Bari

      Iniciamos el camino de vuelta hacia el Norte de Italia con parada en PESCARA. En el hotel y por indicación de un guía nos fuimos a visitar una iglesia románica en los Montes Abruzzos, cercanos a la ciudad. Entre carreteras de montaña, no encontramos la iglesia, pero sí un precioso pueblo , SANTA STEFANO, que a juzgar por todo lo que subimos estaba un poco por debajo del purgatorio. En la siguiente etapa, un accidente en la autopista, nos hizo desviarnos y pudimos hacer una visita no prevista a la ciudad de FERRARA . Vimos un castillo imponente y el Duomo;  mezcla de románico, gótico y renacimiento. Por dentro no vale nada pero la portada y el Campanile son muy interesantes. Las esculturas de la portada son más góticas que románicas y aún así excelentes.

Catedral de Ferrara



        Retorno a BÉRGAMO y con una última visita para cenar en la ciutat vecchia, preparamos la maletas y con un montón de fotografías, un sinfín de bellas  imágenes en la retina que con la ayuda del cuaderno de "bitácora" nos ayudarán a poder contárselo a los amigos, regresamos para casa.

Catedral de Módena

Texto y fotos: Tomás Lozano. Santander