Próxima a la capital del
concejo de Colunga se encuentra la iglesia de Santiago de Gobiendes sobre una
colina con espléndidas vistas hacia el mar Cantábrico y la ladera Norte de la
Sierra del Sueve. Iglesia de peregrinos: hasta aquí llega el Camino de la Costa
y a pocos kilómetros San Salvador de
Priesca, San Salvador de Valdedios… San Salvador de Oviedo. La devoción a
Santiago en el Reino de Asturias toma gran importancia pues tal es la
advocación de esta iglesia y la de un altar lateral en Valdediós y otro en Priesca.
Sin características ni ornamentación
notable a primera vista, es la austeridad de este templo lo que atrae la
atención, simplicidad que no es tal si tomamos en consideración más de un
milenio de historia.
No se conoce documento
alguno sobre la fecha de consagración, pero se menciona en una donación del rey, Ordoño II, a la Catedral de San
Salvador de Oviedo, el día 8 de Agosto de 921. El original se ha perdido pero
existe una transcripción del obispo, Don Pelayo, para el Liber Testamentorum en
1129 (Libro de los Testamentos de la catedral de Oviedo). Santiago de Gobiendes formó parte de un
monasterio como también San Salvador de Priesca, y en este texto se describe su
territorio.
Al no existir inscripción
ni documento referente a la fecha de consagración es difícil poner fecha al
edificio con excatitud. Tomando en cuenta la decoración, sus capiteles
corintios guardan semejanza con los de los miradores de Santa María del
Naranco, por lo que no podría ser anterior a la segunda mitad del siglo IX. Siguiendo
el estilo arquitectónico de la iglesia de Santullano, modelo a su vez de San
Salvador de Priesca y Santo Adriano de Tuñón, consta de planta basilical con
tres naves separadas por arcos de medio punto con dovelas de ladrillo que
reposan sobre capiteles imposta lisos en pilares monolíticos como los de San
Salvador de Valdedios. Al extremos de las naves destacan las columnas entregas
con capiteles corintios y el típico
collarino sogueado astur. Los ábacos lucen una espléndida decoración
geométrica. Estos capiteles son muy semejantes a los de la arquería ciega de
San Julián de los Prados (Santullano), aunque en este caso son piezas
reaprovechadas de construcciones visigodas del norte del Duero. Iluminan la
nave cuatro ventanas con dintel de madera.
La cubierta de las dos
capillas laterales de la cabecera es de piedra toba. Dos ventanas en la pared
oriental conservan el cierre de alabastro original y las carrilleras donde
posiblemente se fijaran las celosías. El arco toral de la capilla central está
sobreelevado pero pueden observarse aún las huellas en el punto de inserción de
los canceles que separaban el presbiterio de la nave.
Durante los siglos XVII o
XVIII la capilla mayor sufrió profundas transformaciones: se destruyó el muro
del testero con objeto de ampliar la superficie del ábside desapareciendo así
la arquería ciega adosada. En el Museo de la Iglesia de Oviedo se conserva
algún capitel posiblemente originario de esta arcada.
Al exterior, reubicada en
el muro meridional de la capilla mayor actual, una ventana geminada original de
piedra caliza con alfiz que de inmediato capta la atención del visitante que
recorre el entorno de esta sencilla y a
la par encantadora iglesia. El pilar central se decora muy esquemáticamente con
un cuadrado y líneas incisas diagonales, el capitel troncopiramidal con
círculos entrelazados y una esvástica de brazos ondulados. Una inscripción
posterior da fe de las múltiples intervenciones que han ido tranformando esta
iglesia altomediaval a lo largo de su historia: REEDIFICOSE AÑO 1853. De esta
época data la espadaña y la inmensa galería que rodea la iglesia al Sur y
Oeste. Se reforma nuevamente el área occidental construyéndose un nuevo cuerpo
para lo que fue necesario derribar en parte el pórtico tripartito original
aunque se respetaron las habitaciones laterales. Se eleva el pavimento
cubriendo parte de los pilares y se cierran los ventanales originales. La nueva
sacristía sustituye a la habitación primitiva.
En los años 80 del pasado
siglo el arquitecto, Magín Berenguer Díez, restaura el templo en profundidad.
Recupera el aspecto original de la nave mayor: abre de nuevo las ventanas del
claristorio y recupera la altura original de la cubierta de madera a dos
vertientes. El pavimento vuelve a su nivel primitivo aunque se ha perdido para
siempre el clásico opus signinum prerrománico.
Emilio Olávarri lleva a su vez
la intervención arqueológica descubriendo parte del bloque del altar de la
capilla mayor y el muro de cierre del testero. Son exhumados varios
enterramientos medievales en el interior del templo.
Texto y fotagrafías: Cristina Sánchez. Gijón
Bibliografía:
Enciclopedia del Románico
(Fundación Santa María la Real de Aguilar de Campoó).
Arte Prerrománico en
Asturias. César García de Castro Valdés. Ménsula Ediciones.
-Prerrománico asturiano. El arte de la Monarquía
Asturiana. Lorenzo Arias. Ed. Trea.