INTRODUCCIÓN
La orografía juega un rol decisivo en la conformación de la cultura de
los pueblos. Las barreras montañosas aíslan de tal manera el paisanaje que la
introducción de los nuevos modelos foráneos resulta un proceso lento de
asimilación.
Si en los primeros años de la Reconquista las tierras que, incluidas en el
Reino de Asturias, se beneficiaron de la seguridad que les bridaba su refugio
natural - gracias a una cordillera abrupta y con riscos inaccesibles- con el
traslado de la corte a León, en el año 912, se inició un proceso de decadencia tanto
económico como cultural.
Orientación sureste |
Resulta, por tanto, que los edificios, que se erigieron por aquellos
pagos según los cánones románicos, son tardíos, datados a mediados del siglo
XII o comienzos de la siguiente centuria.
En general, las iglesias románicas rurales asturianas son pequeñas,
sencillas e incluso pobres, no así las
construidas por las órdenes monásticas que, con algunas excepciones, son de
mayor envergadura.
En la zona oriental del Principado
existió, en el Medievo, varios cenobios cercanos entre sí. Nos referimos
a San Antolín de Bedón, Santa María de Tina y San Pedro de Plecín. Los tres
tuvieron su relativa importancia por la labor que dispensaron a los peregrinos
santiagueses en su andadura por el Camino de la Costa. Por desgracia, los dos
últimos permanecen en la actualidad en ruina permanente; sin embargo, la
iglesia abacial de Bedón mantiene su primigenia estructura arquitectónica, a
pesar del manifiesto abandono por parte de los organismos competentes.
Fachada meridional |
HISTORIA
No existen apenas documentos para reescribir de forma fidedigna la
historia del monasterio desde sus orígenes. Se supone -a modo de conjetura- que
en el mismo lugar se levantara una capilla prerrománica o un templo celta.
En las postrimerías del siglo XII –datada por similitudes arquitectónicas
con otras iglesias abaciales asturianas documentadas- se erigió la actual
fábrica.
El monasterio estuvo tradicionalmente ligado a la familia nobiliaria de
los Vela, de origen alavés, pero con heredades por estos predios. Un personaje
de la referida familia asistió como representante del concejo de Pellameñera Alta
en el Concilio de Oviedo del año 1115.
Interior de la nave con la portada norte |
Será a finales del siglo XIV cuando aparece con rango de abadía bajo la
advocación de San Salvador, en el Libro
de las Behetrías de Don Gutierre entre 1385 y 1389. Dos siglos más tarde cambiará
de patronazgo por el de San Pedro de
Plecín.
Fue templo parroquial hasta 1787 cuando se erigió la actual iglesia en
el pueblo de Alles. Desde entonces la incuria y el expolio se adueñaron del
recinto histórico degradándose paulatinamente hasta el día de hoy.
En 2003 los restos actuales fueron declarados Bien de Interés Cultural
gracias a la actuación firme de la Corporación Municipal.
Ruinas de la iglesia y su entorno |
INTERIOR Y EXTERIOR DE LA IGLESIA
La mejor vista para contemplar a ojo de pez lo que fue en su día la
iglesia abacial es desde lo alto del desnivel que aísla el recinto litúrgico del
pueblo, equidistante éste unos 500 metros.
La planimetría es simple, de una sola nave rectangular con dos
ampliaciones posteriores. Sólo queda en pie los muros perimetrales de la nave, así
como el arranque de los cabeceros. Llama la atención el grosor de los referidos
muros de mampostería caliza irregular, mas los de la portada y cabecera son de
sillería arenisca.
Según algunos estudiosos la techumbre de la nave fuera posiblemente de
madera a dos aguas, como en la mayoría de las iglesias románicas rurales astur-
cántabras. El presbiterio, con solución de bóveda de cañón, estaba unido al
ábside semicircular por un tramo recto, cubierto aquél con bóveda de horno. Un
arco triunfal separaría la nave del testero, como lo atestigua un capitel del arco toral depositado en las dependencias del Ayuntamiento de Peñamellera
Alta.
Relieve de Cristo Salvador en el ventanal contiguo de la portada sur |
Lo más interesante y valioso de todo el conjunto residual de la fábrica
es la antigua fachada meridional del
centro compuesta por una portada y un ventanal contiguo.
La puerta, de cuatro arquivoltas ligeramente apuntadas, está en arimez con el muro. Un taqueado
jaqués orna el bocel de una de las roscas. No existen ya los fustes de sus
capiteles y éstos son figurativos, pero muy deteriorados. Pudieran representar:
un par de sirenas tocadas con gorro frigio, un dragón, dos centauros afrontados y dos
figuras humanas (¿lucha a pie entre caballeros?)
Grosor de los muros de mampostería irregular |
El ventanal tiene ciertas similitudes con el de Santa María de las
Henestrosas de Quintanillas (Cantabria) y la ermita de San Pantaleón de Losa
(Burgos). Se abre en el muro, a modo de aspillera trasdosada, con chambrana
ajedrezada que enlaza con dos arquivoltas de medio punto, una de ellas de
perfil pentalobulado. Las cestas en las que se apean las medias vueltas se ornan
con grifos afrontados, aunque muy estropeados. En la parte superior del
ventanal se representa, a modo de tímpano, un Cristo Salvador (primitiva advocación de la iglesia).
Texto y fotos: Javier Pelaz. Santander
Fuentes consultadas:
José
Manuel Tomé. Arteguias.
Cecilio F. Testón. Cronista oficial de Peñamellera Alta
No hay comentarios:
Publicar un comentario