Con fecha del 6 de Junio del año en
curso, el Boletín Oficial de Cantabria (B.O.C. nº 108) publica que “se incoa
expediente para la declaración de la
ermita de San Román, en el término municipal de Escalante, como Bien de Interés
Cultural, con la categoría de monumento.”
Ya en febrero de 1986 se acordó lo mismo
por la Consejería de Cultura del Gobierno de Cantabria, pero no se concluyó el
expediente por razones que no fueron conocidas. Con la resolución actual parece
que, por esta vez, la cosa va en serio. Así de claro lo señala el informe “ante la necesidad de proteger el
inmueble debido a sus relevantes valores histórico artísticos”.
Celebramos –con cierto
escepticismo, eso sí- el compromiso tomado por el director regional de Cultura,
Joaquín Solanas García. Esperaremos
hasta su aprobación definitiva como B.I.C., para voltear las campanas de alegría.
Suponemos que por la alternancia de gobiernos de distinto color político al
frente de la Dirección de Cultura es la causa de que la referida ermita haya
permanecido en un impasse de tan larga duración.
A raíz del cambio de titularidad, de
propiedad privada a pública, un periódico regional publicó ya en abril del 2008
que la Consejería de Turismo y Cultura estaba tramitando un proyecto singular
para el edificio religioso que daría paso a la construcción anexa al templo de
un museo semisepultado en el mismo solar, donde se expondrían reproducciones de
los edificios románico y góticos de la cornisa cantábrica de la región. De
aquello nada más se supo.
Una de las visitas obligadas, cuando se
planifica un itinerario románico por Cantabriala, es, sin lugar a dudas, la
ermita de San Román. Los motivos son varios, pero, en especial, por haber sido
-y continúa siendo- un enclave sustancial en el llamado Camino de la Costa
santiagués y, en sobremanera, por albergar en la cabecera románica del templo
un programa iconográfico singular ejecutado con gran acierto. Capiteles
historiados (el Descendimiento o la matanza de los Inocentes), imágenes cariátidas
(la Virgen sedente con el Niño o la del personaje con un libro en la mano)… hacen de la capilla mayor una de la joyas del
románico cántabro.
Ahora sólo nos toca esperar, con moderado
optimismo, la protección oficial de ermita.
Texto y fotos: Javier Pelaz. Coordinador de
AdR-Asturias/Cantabria.
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