Siempre me han
llamado la atención los monasterios medievales, por lo que estos representaron
en la conservación del saber y de la cultura, en tiempos especialmente
convulsos y violentos. Quizás esta
atracción que me provocan esté bastante influenciada por lecturas de novelas
como: “Los pilares de la tierra” de
Ken Follet ó “El nombre de la rosa” de
Umberto Eco. La regla benedictina, que a través de los monjes del Cluny y del Cister,
se expandió por toda Europa, dio desde luego una unidad en los cultos y la
liturgia, fundamental para la unidad y uniformidad de la Iglesia Católica ,
evitando herejías y desviaciones tan comunes en los primeros siglos (V al VIII
) de la Alta Edad Media .
Pero no es a su
importancia religiosa a lo que quería referirme, sino a su sistema organizativo y a lo que
supuso en la articulación del territorio en aquella época,cuando la
presencia de la autoridad era a veces lejana y cambiante. Este aspecto tiene
especial importancia en la España de la primera reconquista con su presencia,
como punta de lanza, en los territorios más cercanos a los agarenos y como
refugio a los primeros repobladores de las tierras re-conquistadas .
La mayoría de
las veces su fundación se debe a nobles, e incluso reyes , que los dotan de
unas tierras y un patrimonio que les permitiera sobrevivir autónomamente en un medio más o menos hostil. Poseen siervos y hombres libres incluso, que dependen del monasterio y
generan las rentas necesarias para el sostenimiento de la comunidad. Por otra
parte, los mismos monjes con su “ora et
labora “ y su renuncia a todo tipo de propiedad hacen
posible el mantenimiento de la comunidad como tal.
Plano del monasterio benedictino de Saint-Gall
Es este aspecto
de organización de la vida diaria y de su actividad lo que me llama la
atención. Aparte de de sus obligaciones litúrgicas,
que les ocupaban gran parte de su tiempo, cada uno de los monjes de la
comunidad desarrollaba una labor acorde con sus aptitudes. Estas actividades
van desde las de amanuense en el escritorio o bibliotecario, hasta las más
prosaicas de cultivo de la huerta o cocinero.
Recientemente he leído un pequeño
ensayo titulado “Anarquismo social o
anarquismo individual , un abismo insuperable “ , en el cual el autor toma parte en la
vieja diatriba anarquista de qué sistema se emplea para hacer realidad la vieja
utopía anarquista de una sociedad horizontal, sin jerarquías ni normas que
coarten la libertad individual. La famosa declaración de Proudhon de “quienquiera que ponga su mano sobre mí para
gobernarme es un usurpador y un tirano y lo declaro mi enemigo”, hace casi imposible organizar una sociedad que
pueda satisfacer las necesidades más
básicas del ser humano. Esta posición de Proudhon , que enlaza con J.J.Rousseau
en su concepción de que el hombre es bueno y
la sociedad le pervierte es seguida por
muchos libre-pensadores en los que quizás domina un feroz individualismo y un
concepto radical de la propia libertad
individual. La cita de Willian Godwin “solo existe un poder al que puedo rendir una obediencia sincera :la
decisión de mi propio entendimiento, los dictados de mi propia conciencia“,
proclama la suprema autonomía del individuo sobre la sociedad.
J.J. Rousseau, autor del "Contrato social"
Aquéllos son, sin duda, los seguidores del anarquismo individual. Su proposición de articular (y no digo organizar a propósito) la sociedad a través de lo que primero Rousseau llama “ el contrato social “ y después Proudon "contrato entre artesanos, productores, cooperativas y comunas" es ferozmente atacada por los anarquistas sociales tachándola de ineficaz y pueri. Entre éstos destacan Bakunin y Kropotkin, que proponen un enfrentamiento frontal con la autoridad establecida y una solución claramente colectivista, que en muchos casos deriva en el comunismo. Es lo que dio lugar al comunismo libertario, que cayó en los mismos vicios que combatía, pues se acabó jerarquizando y organizando, lo que contradice parte del viejo lema anarco: “ni Dios , ni patrón, ni organización” . El autor del ensayo ,se acaba poniendo de parte de los anarquistas sociales, pues cree que el anarquismo individual es una especie de “brindis al sol” y que es necesario tener una mentalidad colectiva para dar lugar al establecimiento de la utopía anarquista.
J.J. Rousseau, autor del "Contrato social"
Aquéllos son, sin duda, los seguidores del anarquismo individual. Su proposición de articular (y no digo organizar a propósito) la sociedad a través de lo que primero Rousseau llama “ el contrato social “ y después Proudon "contrato entre artesanos, productores, cooperativas y comunas" es ferozmente atacada por los anarquistas sociales tachándola de ineficaz y pueri. Entre éstos destacan Bakunin y Kropotkin, que proponen un enfrentamiento frontal con la autoridad establecida y una solución claramente colectivista, que en muchos casos deriva en el comunismo. Es lo que dio lugar al comunismo libertario, que cayó en los mismos vicios que combatía, pues se acabó jerarquizando y organizando, lo que contradice parte del viejo lema anarco: “ni Dios , ni patrón, ni organización” . El autor del ensayo ,se acaba poniendo de parte de los anarquistas sociales, pues cree que el anarquismo individual es una especie de “brindis al sol” y que es necesario tener una mentalidad colectiva para dar lugar al establecimiento de la utopía anarquista.
Despues de esta
pequeña reflexión sobre teoría anarquista y vida en los monasterios, quiero
llamar la atención sobre ciertas similitudes ( divergencias también hay , y
muchas ) entre la forma organizativa de una comunidad en el monasterio y una
comuna . Aparte de los aspectos religiosos, los monasterios tienen lo que se llama el
Capitulo (recordemos la belleza de algunas de las salas capitulares de los
monasterios que hemos visitado), donde los monjes deciden asambleariamente los asuntos de convivencia
diaria y las acciones a tomar . Si esto no es el movimiento asambleario de toma
de decisiones que se empleó en las comunas se le parece bastante.
Por otra
parte si analizamos las propuestas de “contrato social “ entre el individuo y
el grupo, veremos ciertas similitudes con el reparto de funciones en el
monasterio. El abad es elegido entre todos los monjes. Éstos se comprometen a
obedecerle y él a protegerles tanto física como moralmente. Como se ve se parece
también un contrato de convivencia, donde una parte cede soberanía a cambio de
algo. Se reparten las funciones dentro de la comunidad (sea religiosa o
social) para hacer posible la subsistencia.
El monasterio es una comunidad
autónoma dentro del organigrama de la Iglesia , que si no es en materia de fe,
toma sus decisiones sin ningún tipo de trabas. En los tiempos de la Alta Edad
Media, además, por las características
especiales de la época, su grado de autonomía era casi total y, a veces, eran ellos mismos la autoridad, no
sólo religiosa sino también política y, desde luego moral y cultural.
Este aspecto se ha ido perdiendo a partir del siglo XIV y, aunque los monasterios siguen siendo
un refugio de cultura, en algunos casos la autoridad les ha subyugado y es una
parte más en el entramado eclesiástico.
Aunque el viejo
lema de “ ni Dios , ni patrón , ni organización “, desde luego no casa con el
principal cometido de los monasterios, sobre todo en la primera parte del
axioma; piénsese también que en la Edad
Media era impensable un “sin Dios “ y que el movimiento anarquista nace mucho
más tarde (para mí Rousseau es el primero), cuando la Iglesia se había
convertido en una parte más del poder y, por tanto, de la autoridad, siendo el
antiautoritarismo un componente esencial de las teorías anarquistas.
Comentario al Apocalipsis de Fernando y Sancha
Bibliografia
Anarquismo social o
anarquismo personal. Un abismo insuperable, de Murray Bookchin. Editorial Virus.
Interesante tema para debatir y comparar con lo que yo iba a escribir sobre los monasterios irlandeses y su organización... No lo tengo aún "a punto de caramelo", pero un solo comentario: interesantes estudios (pudieran ser un poco demasiado elásticos) indican la naturaleza "libertaria" de la sociedad irlandesa altomedieval. ¡Cuidado! No libertario= comunitario/socialista, sino libertario= basado en contratos privados entre personas libres (¡casi "anarquista"!). Pero los palabros aquí equivocan: "leyes policéntricas" frente a "leys unitarias" emanadas de un estado-poder central. La importancia del contrato privado en este contexto fue tal que causaría enormes problemas al desarrollo de la iglesia irlandesa y a su organización a partir del s. XII. Documents: dejaré en mi drive un interesante artículo pa'quien quiera leerlo.
ResponderEliminarPor cierto, Sankt Gallen, bonita fundación irlandesa... En la que se conservaron ciento y un manuscritos de los que a mi me gusss, je, je. ¿Sabeis que hay un proyecto para reconstruirlo siguiendo el plano? Le dediqué una entrada en mi blogo.
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