El día 16 de mayo los Amigos del Románico de Asturias
–Cantabria organizaron una nueva edición
en la que se combina el contacto con la naturaleza y el arte románico. En esta
ocasión, se desarrolló por tierras de
Cantabria.
En Villaescusa de Ebro nos citamos unas 20-25 personas y después de
las correspondientes presentaciones,
saludos de reencuentro y reparto de las botellas de sidra (casera,
traída por Cristina para convidarnos),
en las mochilas de los caminantes, iniciamos
la marcha por la orilla del rio Ebro en dirección de San Martin de
Elines.
El día no podía ser mejor, con sol y una temperatura
estupenda lo cual animaba a todos al disfrute del paisaje y a la conversación.
Una vez llegamos a San Martin de Elines, nos dirigimos a la
Colegiata. Ya en su interior, como es costumbre, entre explicaciones sobre su
construcción, capiteles, arcos, taqueado
jaqués y demás elementos que todos ya
conocen, disfrutamos de lo lindo. Antes aprovechamos la ocasión para rendir un homenaje a don Bertín, el párroco que mantiene la colegiata -¡qué es un primor!-
desde hace más de cuatro décadas. En un acto sencillo el coordinador le entregó
un obsequio en nombre de AdR.
A la derecha, don Bertín emocionado al recibir el obsequio |
Tras la visita, tomamos el
aperitivo en la plazoleta, enfrente de la Colegiata. Luego, buscamos un lugar al lado del rio con mesas,
para colocar y compartir todas las
viandas que llevábamos, y dar buena cuenta de ellas y regarlas con la rica sidra casera
.
Una vez finalizada la sobremesa-tertulia, hicimos el recorrido a la inversa, para
bajar la comida y volver a Villaescusa
donde estaban los coches. Algunos participantes ya se despidieron para volver a
sus casa y el resto nos fuimos a Orbaneja del Castillo, un pueblo sorprendente
por su situación y la cascada de agua tan espectacular que tiene. Disfrutamos de otro buen rato de tertulia
mientras tomamos el café en la plaza y observamos el entorno que es
espectacular; también nos dimos un
paseíto por el pueblo, para “hacer pierna” y
tener una vista desde lo alto.
Como nos parecía aun poco, seguimos ruta y paramos en
Escalada para ver la portada románica y de allí al mirador para disfrutar de la
vista del cañón del Ebro, No sé qué
decir de ello, es abrumador el trabajo de
la naturaleza a lo largo de los siglos y su resultado.
Ahora sí, llega la hora de la despedida, la jornada se
termina y todos deben regresar a sus casas. Hay abrazos, besos ….. Y quedamos
para la próxima.
Para mí, que es la segunda vez que voy,
esta combinación me gusta mucho, pero destacaría que lo más
importante es la gente que participa, que te acoge como si fueras de toda la
vida, comparte experiencias, conocimientos etc.
En fin, ¡qué más puedo decir! Mis
amigas, que para ellas era la primera vez, quedaron entusiasmadas.
Texto: Macu Fernández. Gijón
Fotos: Javier G., Emilia y Javi
También mis amigas, primerizas, quedaron encantadas con la jornada y sobre todo con la gente.
ResponderEliminarSiempre es placentero reencontrarnos, conocernos ...
Gracias a todos