miércoles, 19 de marzo de 2014

CRÓNICA DE LA SEGUNDA JORNADA DEL CURSO DE "INICIACIÓN AL ROMÁNICO".


      Antes de de reseñar el desarrollo de la segunda clase práctica del curso “Iniciación al Románico” -organizado por el “Aula de Patrimonio Cultural de la UC,  en colaboración con los “Amigos del Románico”- no podemos pasar por alto la masiva afluencia de cursillistas –más de 150-  que se congregaron en el interior de la Colegiata de Santillana de Mar, el pasado sábado,  ocupando no sólo los bancos disponibles, sino también cualquier recoveco del templo. Por este motivo, la profesora y doctora en Historia del Arte, Isabel Cofiño, tuvo que cambiar el plan de su exposición y adaptarlo a la coyuntura imprevista del momento.



      Con una excelente megafonía -habilitada por el sacristán del templo, Agustín,- comenzó su disertación haciendo una somera introducción de la historia de la Colegiata. Ésta comienza en s. VIII ó IX con la fundación de un monasterio en un lugar cercano a Santillana. Con el transcurso de los años se erige otro cenobio, dentro de los cánones románicos, en el lugar donde hoy ocupa el actual edificio, gracias  a las donaciones aportadas por la realeza –el rey astur-leonés Fernando I eximió de impuestos al monasterio- y nobles, en especial doña Fronilde, sin olvidar los ingresos de los peregrinos atraídos por las reliquias de santa Juliana.

      En el siglo XIII  el monasterio pasó a ser colegiata y con ello comienza su paulatino declive, no tanto por la carencia de ingresos económicos cuanto por el afán de la nobleza de asumir los poderes del abad que no eran pocos.



      A continuación, para agilizar las explicaciones de los capiteles y relieves escultóricos del interior del templo y del claustro tuvo a bien Isabel formar dos grupos, para que de ese modo pudiésemos no sólo escuchar mejor su voz, sino, a la vez, contemplar las esculturas y las placas relivarias con mejor disponibilidad de visión. Dejó bien claro la profesora que las  representaciones tenían “una función doctrinal dirigida tanto a los monjes como a los fieles y que de ellas podríamos hacer miles de interpretaciones.”  Algunas de las escenas, insistió, son recurrentes en el Románico como las que hacen referencia a los pecados  de la avaricia, la lujuria…, principalmente; y a las escenas de la vida cotidiana, las luchas de los caballeros entre si y la profusión de adornos vegetales.


      Reagrupado de nuevo el público explicó minuciosamente el impresionante retablo barroco realizado entre los años 1500 y 1529 y, además, las dependencias posteriormente añadidas al templo.

      Y tras sacar la foto oficial del evento en la escalinata de la explanada,  recorrimos de la mano de la historiadora el contorno exterior del templo para contemplar los motivos escultóricos de los canecillos, capiteles y, a la vez, la configuración arquitectónica de los ábsides.



      La jornada finalizó como tenía que ser: tributando a Isabel un cerrada ovación de los cursillistas,en reconocimiento tanto de la incansable labor desplegada a lo largo de dos horas y media, sin ningún atisbo de cansancio, como por su amena e interesante disertación.
 

 

 

 

 

 

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