Con
las primeras luces del alba abandoné la villa de Conques por la empedrada rue
Calomagno y, tras sobrepasar su puerta epónima, retomé de nuevo a la Via. Al despedirme del último hito
románico, noté una vaga sensación
Al alba, Conques a vista de pájaro
de haber cambiado el rol de andarín por el de un peregrino converso. Todo podría ser dada la conjunción de circunstancias de aquella mañana estival: un amanecer luminoso, una villa cargada de historia secular y una Santa con el predicamento de milagrosa, como lo atestigua el “El Libro de los milagros de Santa Fe”, muy leído en los monasterios en la época medieval.
Friso de la Crucifixión de St.-Jean-de-MirabelAl alba, Conques a vista de pájaro
de haber cambiado el rol de andarín por el de un peregrino converso. Todo podría ser dada la conjunción de circunstancias de aquella mañana estival: un amanecer luminoso, una villa cargada de historia secular y una Santa con el predicamento de milagrosa, como lo atestigua el “El Libro de los milagros de Santa Fe”, muy leído en los monasterios en la época medieval.
A
partir de ahora el trayecto –en cuanto a su dureza- comienza a ser menos
exigente a medida que voy dejando atrás las últimas estribaciones del Macizo
Central. Las cotas se reducen ahora a menos de mil metros, pero el efecto
“montaña rusa” apenas desaparece.
Puerta de Calomagno de Conques
Cerca
del pueblo de Bord vislumbré, sobre
un altozano, la capilla de Guirande. Aunque permanecía cerrada a tan temprana
hora no dejé de observar su cabecera románica de sillares bien escuadrados. Su
datación –según la guía- es de principios del siglo XII.
¡Cuán largo es el camino!
Buen
rato, en cambio, me llevó la visita de la iglesia de Saint
Félix. Mi primer asombro de aquella mañana fue en este edificio no tanto
por sus vestigios románicos que aún perduran en la fábrica de nueva planta
erigida sobre la antigua, cuanto por el sorprendente tímpano de la portada ciega
del muro norte. Enmarcado en una media
rosca de billetes, representa la escena del Pecado Original. Sus protagonistas,
Adán, barbudo, y Eva a quien la serpiente, enroscada al tronco del árbol, le
ofrece la tentadora manzana. Ambos personajes cubren sus partes pudendas con una hoja. Serían las manos de un
experto las que modelaron la escena, por
los trazos bien definidos del conjunto escultórico.
Paisaje del Aveyron
Lo
mismo me ocurrió en la aldea de Saint Jean-de-Mirabel. En el arco de una puerta
ciega del muro exterior han recolocado - quizás de la fábrica primigenia- dos
frisos con pasajes evangélicos del Bautismo del Señor y la Crucifixión. Aunque
algo deteriorados se aperciben las representaciones
no sin dificultad. En el panel superior,
enmarcado con arco apuntado, aparece Cristo en la cruz y a cada lado de sus
pies: la Madre con gesto afligido y san
Juan, el apóstol(?); por encima de la
escena, los símbolos del Sol y la Luna. En el inferior, a modo de dintel, san Juan Bautista vierte agua sobre el
hombro de Cristo, y el Espíritu Santo está evocado por una paloma. Dos ángeles
figuran en la escena: el de la derecha presenta una camisa con la que Cristo va
a ser vestido. Dos machones salientes sostienen el dintel que representan dos
cabezas femeninas muy estropeadas.
Trochas y....
Retomando
de nuevo la singladura de la Via
aligeré el paso para compensar en parte mi retraso bien empleado en las dos
visitas anteriores. Para arribar a Lunan
tuve que desviarme dos kilómetros del itinerario. A pesar de la fatiga
acumulada de la mañana y por mi afán de conocer el antiguo monasterio me vi
obligado a esforzarme más de lo debido,
aunque tuviera que añadir más kilómetros
a la etapa. Además, tuve que superar una pindia cuesta de las
denominadas “rompepiernas”.
...caminos agrícolas configuran la Via
La
iglesia se erige en una hondonada frondosa. Es lo único que permanece en pie
del antiguo monasterio, cuya fundación se remonta al año 507. Fue el rey de los
francos, Clodoveo, que, tras convertirse al catolicismo, promovió la
construcción.
Tímpano de St. Félix
La
primera impresión que ofrece la fábrica, cuando desciendes por la carretera, es
la de ser una construcción sólida con aparejo de sillería. La cabecera, que
limita con el cementerio, es de origen románico. Muy interesante resultan los
canecillos de seres fantásticos que
sostienen el alero del presbiterio. El interior es de planta basilical con tres
naves. Las columnas del arco triunfal se rematan con capiteles fitomórficos.
Una bóveda de cañón configura el presbiterio y de horno, el ábside. El resto se
cubre con bóvedas de crucería. A los pies del edificio se yergue majestuosa la
torre-campanario.
Iglesia de St.-Félix
Mientras camino me deleito, como ejercicio de entretenimiento, con las leyendas referidas a los lugares de paso. Las hay de
todo tipo: unas son producto de la excesiva imaginación de los lugareños;
otras, sin embargo, nacen de una tradición o realidad pretérita que con el
transcurso de los tiempos se desvirtúa hasta convertirse en una simple caricatura.
Viene a cuento mi digresión por lo que se cuenta de este sitio. Junto al templo
existe un lugar poblado de sauces donde
se halla una fuente: la de san Martín.
Iglesia de St.-Jean-de-Maribel
Durante mucho tiempo fue un lugar de peregrinación de los vecinos de la comarca. Sus aguas fueron muy reputadas como milagrosas para sanar a niños con minusvalías físicas.
Entorno de la iglesia de Lunan
Según se cuenta por estos predios aún se puede observar, al lado de un hilo de agua, la huella pétrea de uno de los cascos del caballo del santo. No sé si sería por la fatiga o por las ganas de retornar a la andadura no pude identificar la correspondiente pezuña del equino.
Dintel de St.-Jean-de-MirabelIglesia de St.-Jean-de-Maribel
Durante mucho tiempo fue un lugar de peregrinación de los vecinos de la comarca. Sus aguas fueron muy reputadas como milagrosas para sanar a niños con minusvalías físicas.
Entorno de la iglesia de Lunan
Según se cuenta por estos predios aún se puede observar, al lado de un hilo de agua, la huella pétrea de uno de los cascos del caballo del santo. No sé si sería por la fatiga o por las ganas de retornar a la andadura no pude identificar la correspondiente pezuña del equino.
Iglesia de Lunan
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