viernes, 28 de noviembre de 2014

POR LA COMARCA BURGALESA DE ARLANZA




         En los primeros días de otoño, con un tiempo espléndido, pero bastante fresquito, nos reunimos un sábado, a primeras horas de la mañana, en la explanada del Monasterio de Santo Domingo de Silos. Allí se encuentra un nutrido grupo de socios de Asturias y Cantabria, País Vasco, Barcelona, Madrid y Galicia. Una cuarentena de 40 AdR se han dado un madrugón, dispuestos a disfrutar de una jornada que se anuncia muy densa e interesante.  
            Empezamos con la visita del monasterio y del claustro de Santo Domingo de Silos y tenemos como guía a  César del Valle,  coordinador de las visitas del Monasterio de Santa María la Real de Aguilar de Campoo y experto en el románico castellano.
            No me extenderé sobre los detalles  históricos y artísticos de tan especial claustro, ya que se encuentran en muchísimos documentos y entre otros, en los suplementos que nuestro compañero, Javi, envíó a los participantes.

           Desgraciadamente, al ser sábado, hay varios grupos de visitantes con las mismas intenciones, pero posiblemente sin tantas ganas de estudiar todo en detalle como nosotros.  Empujados por la izquierda y por la derecha, con ritmos distintos o a contra corriente, optamos por dar doble vuelta (que no arquivolta) al claustro y así podemos profundizar un poco. La faceta de historiador de Cesar y las disquisiciones sobre las fechas  de fundación de Silos y de Moissac  ponen animación en los debates. Nos quedamos quizás con ganas de examinar un poco más a fondo el aspecto escultórico de los capiteles y de los machones. Nos llama la atención el machón de la Anunciación-Coronación de la Virgen, ya de comienzos del XIII, en el que se  ve el cambio de estilo que tiende al naturalismo del gótico aunque  César apunta más bien hacia la influencia del clasicismo.
             Nuestros comentarios, un poco altos en decibeles,  molestan  al grupo vecino y se oyen cuchicheos  de reprobación…
             Terminamos por la visita del museo  que alberga piezas de gran valor artístico e histórico.
          Camino de San Pedro de Arlanza, nos detenemos en la Ermita de Santa Cecilia, en Santibáñez del Val, a tres km. de Santo Domingo, una joya de estilo mozárabe-románico.  Se sitúa junto al río Mataviejas  en una posición privilegiada sobre una gran roca, a una altitud de 950 metros. Junto a la Ermita se encuentra un puente romano,  unos merenderos y una fuente, formando un conjunto precioso en un remanso de paz.

        La ermita de Santa Cecilia es una de las escasas iglesias mozárabes de la Península Ibérica. Consta de dos partes diferentes: la nave con su capilla y ábside cuadrado sobre el que se levanta la torre, de principios del siglo X y el pórtico agregado,  del siglo XII, de  estilo románico.
            Seguimos con las animadas controversias, esta vez sobre el alcance de las correrías de Almanzor y las posibles ubicaciones del poblado del que dependía Santa Cecilia.
            Llegamos al Monasterio de San Pedro de Arlanza, cuyos impresionantes restos no podemos visitar, ya que el recinto se encuentra cerrado por motivos laborales de los empleados de San Pedro. Contemplamos  desde el exterior del recinto las ruinas de la antigua iglesia abacial. Los más valientes del grupo emprenden la subida a la ermita prerrománica de San Pelayo, levantada en un promontorio cerca  del monasterio. Si bien los restos de la ermita no ofrecen  gran interés, las magnificas vistas a vuelo de pájaro sobre las ruinas y el valle del rio Arlanza  merecen la pena.

            Los que no subimos a San Pelayo nos acercamos a las ruinas bordeando el recinto para  apreciar una portada clasicista de principios del  XVII  que da paso  al interior del monasterio.
            Se pueden observar algunas obras de consolidación en varios puntos del monasterio. Por lo visto, el Ministerio de Cultura tiene previsto invertir 2 millones de euros los 4 próximos años para consolidar el monasterio y hacer desaparecer riesgos en parte de su estructura.
            Al fin llegamos a Covarrubias. Pero se nos ha hecho tarde y  no hay tiempo para hacer el recorrido previsto de la villa. Además son las fiestas locales, y cuando llegamos a casa Galín, donde vamos a comer, nos encontramos con la plaza  de doña Urraca  abarrotada de gente. Se está celebrando un “baile vermouth”, amenizado por una orquesta, y hay cantidad de parejas y grupos bailando jotas castellanas.
            Nos sirven en Casa Galín un soberbio muestrario de  comida castellana a base de chorizo y morcilla de Covarrubias, sopa castellana, cordero asado en horno de leña, postres caseros, todo ello regado por un vino de la denominación de Arlanza.

            Después de haber repostado de manera tan contundente,  nos acercamos al monasterio cisterciense femenino de Santa María la Real en Villamayor de los Montes.
          Visitamos el claustro, del románico tardío, que sigue el sobrio estilo cisterciense. Nos acompaña la hermana Rocío, joven monja de una comunidad de 18 miembros  que mantienen vivo el monasterio tras 8 siglos de historia.  Nos explica algunos detalles históricos  del claustro  pero se extiende más sobre la vida monástica del convento.  Cuenta que para ir de una zona de actividades a otra del monasterio, tienen que pasar forzosamente por el claustro y que esto les permite cambiar el estado de ánimo y  dejar atrás problemas y contrariedades.
            Nos comenta con convicción  y serenidad que las cistercienses viven un proyecto de vida espiritual y contemplativa en equilibrio con  una vida comunitaria.  Elaboran productos artesanos de todo tipo, tienen su página web y su tienda on-line. “Ora et labora”….
            Pasamos al templo, que se asemeja al modelo de las Huelgas y es esencialmente de estilo gótico. Contiene una hermosa sillería barroca y unas tallas interesantes.
            Adosada al templo, se encuentra la iglesia de San Vicente, parroquia del pueblo. En ella se encuentra una hermosa  pila bautismal, aún en uso, que despierta inmediatamente interés y polémica entre los AdR “especialistas” en pilas bautismales….
            Ya camino de vuelta, nos queda por visitar  la portada románica de la iglesia de San Miguel de Madrigal del Monte.  La mayor parte de su configuración actual es de época tardogótica, pero  permanece de la época románica el muro sur con la hermosa portada  abocinada con cinco arquivoltas y  capiteles de sustentación. Unos canecillos, que no se encuentran en su lugar de origen, embellecen la cornisa.
            Después de un pequeño descanso y refrigerio, nos separamos, todos contentísimos de una jornada completa y exitosa, gracias a la organización siempre tan eficaz de Javier. Hemos conocido, aprendido e intercambiado mucho, en parte gracias a las intervenciones de Tomás, siempre dispuesto a iniciar la sana polémica y animar los debates. 
            Quizás para muchos, la ermita de Santa Cecilia nos quedará en el recuerdo por su  encanto y su sencillez.

Marie-Anne Chalchat, AdR de Cantabria


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