Con una mañana
lluviosa y bastante fría, un grupo de animosos Amigos del Románico de Cantabria
y Asturias, iniciamos en Villamayor la jornada de senderismo.
Empezamos con
la visita a la iglesia de Santa María como estaba programado. Al terminar sigue
lloviendo fuerte y se decide cambiar el paseo que teníamos previsto desde
Villamayor a Sevares. En vez de eso
cogemos los coches para reunirnos a
comer en la explanada de la iglesia parroquial de Sevares. En un pueblo tan
pequeño parece fácil encontrar la iglesia. Pero ante la
mirada asombrada y divertida de los compañeros, pasamos por delante de la
iglesia sin detenernos, volvemos a pasar hacia abajo, torcemos en curva hacia
arriba otra vez, y a la tercera aparecimos guiadas por el coche de un vecino. Bromas,
buen humor y comida de “traje” compartida.
Después de
comer, paseo por la senda que lleva a Peña Priede. Al fin salió el sol y pudimos disfrutar de un
paisaje espectacular de otoño en su mejor momento.
La iglesia de
Xunco en Ribadesella está construida sobre una atalaya desde la que se divisa
toda la desembocadura del río Sella. Un sitio guapo guapo con una vista
increíble.
Y salimos en
caravana para Moru. Íbamos a
entregar a la Asociación Cultural
“Iglesia de Moru” el “Crismón de Jaca” de AdR.
Carreterines
de montaña, estrechas, empinadas, vueltas, revueltas, y al final la explanada
de la iglesia.
Nos recibe el
sonido de las campanas. Un auténtico concierto a cargo de Jose Antonio Martinez, campanero de 85 años, que desde la
plataforma detrás de la espadaña, manejaba con sus manos los badajos. No creo
que mucha gente haya podido escuchar un recital de campanas en un entorno
semejante.
Lo que han
hecho los vecinos de Moru por la conservación de su iglesia es un ejemplo de
tesón y unidad vecinal, un ejemplo para difundir y copiar. Están orgullosos de
ello con razón,
Vaya nuestro
homenaje para ellos y nuestro agradecimiento por el esmero que pusieron en
compartir con nosotros una jornada de fiesta en la que además de las completas
explicaciones del guía, la intervención de Ana
Fernández, la presidenta, nos emocionó.
Después hubo amagüestu,
dulces caseros, sidra dulce, sin olvidar la actuación del cantante de tonada, Celestino Rozada.
Ya era noche cuando, a la luz de los móviles,
fuímos a buscar los coches para
emprender el regreso. Un día completo.
¡A repetir!
Pilar Voces.Oviedo
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