viernes, 28 de noviembre de 2014

POR LA RIBERA DEL RÍO PILOÑA






     Con una mañana lluviosa y bastante fría, un grupo de animosos Amigos del Románico de Cantabria y Asturias, iniciamos en Villamayor la jornada de senderismo.

    Empezamos con la visita a la iglesia de Santa María como estaba programado. Al terminar sigue lloviendo fuerte y se decide cambiar el paseo que teníamos previsto desde Villamayor a Sevares.  En vez de eso cogemos los coches  para reunirnos a comer en la explanada de la iglesia parroquial de Sevares. En un pueblo tan pequeño parece fácil encontrar la iglesia. Pero ante la mirada asombrada y divertida de los compañeros, pasamos por delante de la iglesia sin detenernos, volvemos a pasar hacia abajo, torcemos en curva hacia arriba otra vez, y a la tercera aparecimos guiadas por el coche de un vecino. Bromas, buen humor y comida de “traje” compartida.



    Después de comer, paseo por la senda que lleva a Peña Priede.  Al fin salió el sol y pudimos disfrutar de un paisaje espectacular de otoño en su mejor momento.

    La iglesia de Xunco en Ribadesella está construida sobre una atalaya desde la que se divisa toda la desembocadura del río Sella. Un sitio guapo guapo con una vista increíble.

    Y salimos en caravana para Moru. Íbamos a entregar a la Asociación Cultural “Iglesia de Moru” el “Crismón de Jaca” de AdR. 


   
    Carreterines de montaña, estrechas, empinadas, vueltas, revueltas, y al final la explanada de la iglesia.

   Nos recibe el sonido de las campanas. Un auténtico concierto a cargo de Jose Antonio Martinez, campanero de 85 años, que desde la plataforma detrás de la espadaña, manejaba con sus manos los badajos. No creo que mucha gente haya podido escuchar un recital de campanas en un entorno semejante.

    Lo que han hecho los vecinos de Moru por la conservación de su iglesia es un ejemplo de tesón y unidad vecinal, un ejemplo para difundir y copiar. Están orgullosos de ello con razón,  



    Vaya nuestro homenaje para ellos y nuestro agradecimiento por el esmero que pusieron en compartir con nosotros una jornada de fiesta en la que además de las completas explicaciones del guía, la intervención de Ana Fernández, la presidenta, nos emocionó.

   Después hubo amagüestu, dulces caseros, sidra dulce, sin olvidar la actuación del cantante de tonada, Celestino Rozada.



    Ya era noche cuando, a la luz de los móviles, fuímos a buscar los coches  para emprender el regreso. Un día completo.
        ¡A repetir!

Pilar Voces.Oviedo









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