jueves, 14 de marzo de 2019

SANTA MARÍA DE BAREYO: UN ACERCAMIENTO HISTÓRICO-ARTÍSTICO


      El pueblo cántabro de Bareyo se localiza en la costa oriental de Cantabria, en la histórica comarca de Trasmiera. Desde Santander hay que tomar la S-10/A-8 dirección Bilbao; luego, en la salida 197, dirección Galizano. Una vez franqueado el Alto de Ajo existe una desviación a la derecha (un panel lo señaliza) que lleva a la Iglesia. Esta se sitúa en medio de un altozano frente a las marismas de Ajo y de uno de los  accidentes geográficos más importantes de región: el cabo homónimo de las marismas.



      La iglesia parroquial de Santa María o de La Anunciación linda, por el norte, con el cementerio municipal, teniendo como referencia una espectacular encina centenaria catalogada como árbol singular por el Gobierno regional, y, al sur, con el pueblo de Bareyo. El templo es considerado como uno de los más representativos del románico de la región.

     De su pasado lejano no existe documento alguno que certifique el año de su construcción. Entre los historiadores se especula que en su génesis fuera un pequeño monasterio familiar (García Guinea), erigido durante la repoblación de la comarca (ss. VIII y IX) emprendida por Alfonso I y Alfonso II, que con el devenir llegaría a ser un importante enclave religioso de la comarca trasmerana.

      Sería en el Cartulario de Santa María de Santoñade 1195 cuando, por primera vez,  aparece el nombre del abad como testigo  de una venta: dominus Petrus Abbas de Baredio. Otro documento, datado en 1555, hace referencia a la potestad de algunos vecinos para nombrar el abad de Bareyo y de Castanedo, este cercano al primero. Mas a la mitad del siglo XIX ya es  iglesia parroquial, según figura en el Madoz y así continúa siendo en la actualidad. En 1978 Santa María o de la Purificación de Bareyo fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC).

      En los años 2004 y 2005 no sólo se realizaron trabajos de restauración y excavaciones arqueológicas, sino también una investigación histórica de cuyo resultado se comprobó que en 1553 seguía siendo abadía en régimen de patronato familiar(Bohigas Roldán).

      Aunque no existe ningún documento que certifique el año de su construcción el investigador, García Guinea, se atreve a señalar la erección del templo en las postrimerías del siglo XII o principios de la siguiente centuria por coincidencia de elementos arquitectónicos y escultóricos con la iglesia burgalesa de San Pantaleón de la Losa, que sí contiene una inscripción de su consagración: el año 1207.

     A pesar de los añadidos posteriores y de una exhaustiva remodelación bajo el canon gótico y renacentista conserva intacto, empero, elementos arquitectónicos románicos como son: la cabecera, el presbiterio, el llamado pseudocrucero, el arco triunfal y la linterna o torre.

EXTERIOR

      El ábside semicircular transmite no sólo una canon románico, sino también una solidez gracias a su aparejo isódomo de sillares dispuestos  a soga y tizón de manera irregular.


     Dos gruesas columnas entregas, que alcanzan la cornisa, separan el tambor absidal en tres paños, abriéndose en cada uno de ellos una ventana. A su vez, dos líneas de impostas paralelas de doble caveto recorren la sección perimetral del ábside –interrumpida en parte su trayectoria por los fustes de las columnas referidas-, separándolo en tres tramos. El primer tramo tiene un basamento de sillería de 1,10 a 1,50 m de alzado -esta desigualdad se debe al desnivel del terreno- sobresaliendo dos pilares que sirven de apoyo a las columnas entregas. Esta primera zona acaba en la línea de imposta de doble caveto En el tramo superior se abren las ventanas, una por calle. La del centro conserva intacto todos los elementos románicos: de doble vano, ajimezada, cuya columna de tres fustes se remata con un capitel de volutas y bolas, desde el cual se abren dos arcos  de medio punto de baquetones y escocias, que descargan sobre columnas acabadas con capiteles de zarcillos  y bolas. La ventana de la derecha no tiene ningún interés escultórico; y, la de la izquierda, en cambio, fue remodelada mal que bien y destruida parte de la columna (para dar cobijo, en el siglo XVIII a una imagen de la Virgen, que con los años posteriores fue retirada), añadiendo una chambrana , sostenida por ménsulas  y adornada con bolas en los extremos. Toda la ventana se remata con una gran cruz sobre su eje superior. El resto de la ventana mantiene su estructura románica, aunque bastante desfigurada por la referida remodelación.

Capitel del ábside exterior

      Una serie de canecillos sustenta la cornisa absidal. En la calle de la izquierda se alinean los siguientes: moldura de caveto, animal de pie con la cabeza entre las patas, cabeza de animal vuelta hacia la derecha, figura humana masculina itifálica, personaje femenino con las piernas levantadas en postura obscena. En la del centro, en la misma dirección : capitel con cabezas humanas masculinas. Los canecillos son: cabeza de bóvido de fuertes cuernos, muy  desgastado; cabeza de animal, dos cavetos superpuestos, cabecita de animal mirando a la derecha. En el siguiente capitel se cincela tres asnos, dos de los cuales juntan sus cabezas en un ángulo. Y en la calle de la derecha, canecillos de dos cavetos superpuestos y bola con caperuza en el centro, cabeza humana,personaje itifálico,  dos cavetos superpuestos con punta de diamante, y tres rollos verticales sobre caveto. En el muro norte mantiene canecillos con decoración de bolas, aquillados… En cambio, la cornisa del muro sur los ha perdido, pero mantiene las huellas de una ventana románica cegada, mas en el interior conserva toda su estructura.

      En cambio, la cornisa del muro sur del presbiterio ha sufrido modificaciones a lo largo del tiempo, “posiblemente estuviera sostenida con canecillos del mismo formato que los del norte” (García Guinea). Por otra parte, los canes de los muros del transepto han sido ocultados por la construcción posterior de la sacristía.

Ventana ajimezada de ábside exterior

      En el muro meridional se abre un pórtico dando cobijo a la puerta de estilo renacentista, que da acceso al templo. Adosada al mismo muro (S/W) se erige la torre-campanario de configuración prismática y de estilo neorrománico, que sustituyó sin duda a una original románica.

      La linterna cubre la cúpula que se alza en el centro del transepto. De aspecto maciza y apariencia cuadrada, ya que si nos fijamos bien los lados sur y norte son algo más largos. Se estructura en dos cuerpos a los que divide una imposta moldurada. En el cuerpo inferior meridional se abre una ventana  del siglo XVIII, que sustituyó a la original; en el superior otra muy similar a la anterior. Aún se percibe en la cornisa de la cara sur una línea de imposta de puntas de diamante. La linterna se remata con un tejado a cuatro aguas.

INTERIOR

      Hay que descender tres escalones para acceder a la nave. Ocurre lo mismo para pasar de la nave a la cabecera por hallarse esta a un nivel inferior. La planimetría del recinto es de una sola nave con pseudocrucero (del  que hablaremos más adelante), presbiterio recto y capilla mayor. A excepción de la nave, de las capillas abiertas en el muro del evangelio y de la sacristía en el presbiterio sur, el resto es de época románica.

Las tres Marías
      A primera vista llama la atención la cabecera que se embellece con dos arquerías ciegas superpuestas, cubiertas con bóveda de cascarón de sillería. Esta manera de rematar este espacio  es típico de algunos templos cántabros: las colegiatas de San Pedro de Cervatos, San Martín de Elines, Santa Cruz de Castañeda,y la iglesia de los Santos Facundo y Primitivo de Silió.

Capitel de la capilla mayor

      Comenzaremos describiendo las arcuaciones del registro superior.  Suma en total siete arcos de medio punto. La alineación de la arquería se inicia, por la izquierda, con una semicolumna rematada por un capitel  tallado con dos animales cuadrúpedos que juntan sus cabezas.Todos los arcos se adornan con chambrana (de cubos, de puntas de diamante, de cuatripétalas) y arquivoltas de baquetón (en una de estas últimas se han grabado dos serpientes mordiéndose). Las medias roscas se apoyan en capiteles fitomórficos, salvo el que representa el Pecado Original (Adán y Eva).  Sorprende, además, una estatua-columna de“un personaje realizado con un gusto y técnica popular, con barba y bigote vestido de pellote y pedules y las manos las lleva cogidas a la altura de la cintura”(García Guinea). Los tres últimos arcos -del lado de la espístola- son peraltados y con luz más reducida, rompiendo la armonía simétrica de las arcuaciones. La alineación finaliza con un capitel de bolas con caperuza que apoya sobre una semicolumna.

Capitel del presbiterio

      La arquería inferior configura solamente cinco arcos algo más anchos que la superior, que apean sobre seis capiteles. A igual que en la superior los arcos poseenchambrana continua y arquivoltas ligeramente resaltadas. La singularidad de esta arquería se manifiesta en la profusión de cabezas humanas cinceladas en los capiteles (la mayoría de ellas barbudas con peinados de ondas y expresión serena). De entre ellas sobresale una, enmarcada con ondulaciones, que cubre su cabeza con un gorro cónico donde figura un especie de báculo con volutas opuestas. Además, otras dos cabezas figuran por encima del cimacio de dos capiteles. Algunos especialista han querido ver en esta composición tan original de testas una representación simplificada de Cristo con sus apóstoles.

El presbiterio

      Se cubre con bóveda de cañón apuntado. El lado de la epístola permanece, en parte, intacto; no así el del evangelio que desapareció al abrirse en su espacio una capilla .Los dos tuvieron antaño la misma configuración. Lo que vemos en el  primero es un gran arco de medio punto peraltado con gruesa arquivolta que cobija dos arcos ciegos: el fondo del izquierdo se adorna con una venera, mas en el derecho se horadó el muro para dar paso a la actual sacristía.

Abrahán e Isaac

      Una línea de imposta recorre tangente los arcos referidos. Por encima de ella, se abre una ventana románica cegada  bastante tosca. Sus capiteles, muy deteriorados, descansan sobre fustes: el izquierdo, helicoidal; y el derecho, de estrías. Los capiteles de los referidos arcos ciegos se cincelan con escenas de la Resurrección. De izquierda a derecha: tres pomos de ungüentos, las cabezas de las tres Marías (de nuevo la simplificación de los personajes), el sepulcro con la tapa levantada sobre el que penden tres lámparas, las testas de los soldados que dormitan y los ojos de dos mirones que contemplan la escena tras un reducido ventano de una especie de muralla. De la arquería frontal sólo resta los cuatro capiteles del gran arco de medio punto ornados con animales fantásticos, algunos con cabeza humana.

El pseudocrucero

      El paso del presbiterio al pseudocrucero se realiza a través de un amplio arco, doble y apuntado, que apea sobre capiteles donde figuran un hombre con bestias (el izquierdo) y animales fantásticos que cruzan sus cuellos (el derecho). En lo que hemos denominado pseudocrucero (el término fue acuñado por García Guinea) se alza una bóveda esquifada de anchos nerviosy cuatro plementos, que descansan sobre las correspondientesménsulas. En los extremos de este espacio se abren sendas capillas o absidiolas semicirculares cubiertas con bóvedas de horno. “Disposición ciertamente extraña en la planimetría románica” (Guinea). Se franquean por medio de arcos apuntados y doblados sostenidos por capiteles. Los de la epístola adornan las cestas con grifos enfrentados y cabezas humanas; en cambio, los del evangelios figura en uno de elloa un hombre que sujeta por las argollas a dos bueyes de enormes cuernos. En el interior de esta capilla aparece un ángel sedente con libro. El parecer de García Guinea, es que este friso formaría un conjunto con las dos figuras del interior de la absidiola de la epístola que podrían  ser Abrahán e Isaac ante el fallido sacrificio. La cubrición de las dos capillas se realiza con bóveda de horno.

Detalle de la arquería superior
      El resto de la nave ya es de época no románica y se cubre con bóveda de crucería estrellada. En una de las capillas laterales del evangelio se expone un sarcófago descubierto durante las obras de restauración, realizadas en el 2003, en el exterior oeste de la iglesia.. En la lauda lleva una inscripción que traducida dice así:
                   
                                                Aquí  yace Munio, el siervo De Dios.

Se desconoce la identidad del personaje, pero es innegable que sería alguien importante. Tampoco se ha podido datar con cierta exactitud el sarcófago. Según los especialistas estaría  entre los ss. IV y XII.

Capitel de la absidiola izquierda


La pila bautismal

      La de Bareyo con la de Santa María del Puerto de Santoña y la de la colegiata de Santa Juliana de Santillana del Mar componen la tríada de pilas bautismales románicas más bellas de la región.Se encuentra en una estancia bajo la torre-campanario. Se compone de tres registros. El superior lo forma la cuba con cuatro amplios lóbulos, cuya altura es de 48 cm. Su perímetro exterior está adornado con palmas verticales, lazos helicoidales, tallos curvilíneos con hojas inscritas y entrelazos. en algunos de ellos aún conservan restos de policromía. El interior es gallonada. Soportan la cuba un par de leones tumbados sobre la basa y entre sus fauces aparece un brazo humano. En medio de las dos bestias sobresale una cabeza humana.



Texto y fotos: Javier Pelaz Beci

Bibliografía:

"El Románivo en Cantabria". García Guinea, M.A. ESTVDIO 1996.

Enlaces net:

www.romanicodigital.com


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