martes, 25 de marzo de 2014

CANCEL DE SANTA MARÍA DE LEBEÑA

Cancel de Santa María de Lebeña (Cantabria)

      La iglesia de Santa María de Lebeña, fundada en el año 925 por el conde Alfonso y su esposa doña Justa con el propósito de enterrar en este lugar el cuerpo de Santo Toribio de Astorga, es uno de los pocos ejemplos de arquitectura mozárabe que se conservan en la región.

      Entre las piezas de arte mueble que alberga destaca un frontal de piedra arenisca, de forma prismática, que actualmente se adosa al basamento de piedra del retablo mayor y que originalmente debía estar situado entre las dos primeras columnas de la nave central, a modo de iconostasis. Este elemento era característico de la liturgia mozárabe y su función era la de separar la zona de los fieles, situados en las naves, de la reservada al clero, instalado en el presbiterio.
 

      Su cambio de ubicación pudo tener lugar tras la construcción del retablo barroco que actualmente preside la cabecera del templo. En ese momento se colocó como grada de antealtar con los grabados hacia el suelo, muy posiblemente por desconocer su significado. En 1973 se situó donde se halla actualmente con ocasión de las obras que se hicieron en la iglesia para colocar el altar cara al pueblo.

      Se trata de una pieza decorada con elementos geométricos que llevan asociada una compleja simbología de carácter cristológico y escatológico, muy habitual entre los pueblos germánicos cristianizados y en el arte prerrománico. Se cree que originalmente el fondo del frontal pudo haber estado pintado en blanco, mientras que los diversos motivos ornamentales lo estarían en rojo, tal y como atestiguan algunos restos de policromía que han llegado hasta nosotros.

      Presenta forma prismática contorneada por un listel. Su frente se ornamenta con seis círculos grabados, rehundidos o pintados en la piedra, que se distribuyen simétricamente a ambos lados de un gran círculo central. La decoración de esta pieza central se hace mediante una esvástica inscrita en dos círculos concéntricos decorados con pequeños trazos rojos que destacan sobre un fondo blanco. Estos círculos simbolizan las esferas celestiales.

      En el eje de la esvástica se observa un pequeño botón convexo con una cruz patada grabada en su interior. Las esvásticas tienen un origen anterior al cristianismo, asociadas a cultos solares. Este símbolo fue posteriormente asimilado por el cristianismo para representar a Cristo como Sol de justicia. En época prerrománica, sobre todo en manos de los visigodos, las esvásticas aparecieron decoradas con ese pequeño botón central que observamos en Lebeña, cuyo significado se vincula con la piedra preciosa que simboliza la sangre de Cristo.

      El hecho de que la esvástica de Lebeña presente dieciséis radios puede tener también un carácter simbólico, ya que dieciséis es el doble de ocho, número asociado a la resurrección y a la vida eterna.

      En cuanto a los elementos que ornamentan los círculos que se distribuyen a ambos lados de este motivo central, hay que señalar que en el círculo superior de la izquierda hallamos una flor cuatripétala superpuesta a otra de ocho pétalos que muestran, alternativamente, cuatro rombos. La primera alude a Cristo y su doctrina, en sustitución al Crismón, con el que se asemeja en forma.

      En el círculo superior de la derecha vuelve a repetirse el mismo motivo de flor de cuatro pétalos, esta vez inserta en una cruz patada. En ello se ha querido ver la representación de Cristo en la cruz.

      El motivo intermedio del lado izquierdo representa dos círculos concéntricos, el exterior realizado mediante la técnica de grabado y el interior pintado en blanco. Se relacionan con los círculos o esferas celestes.

     En el lado opuesto aparece una estrella de ocho pétalos, símbolo del renacimiento por el bautismo, así como de la resurrección y la vida futura.

    El círculo inferior izquierdo está grabado y en su interior, coloreado en blanco, aparecen varios trazos rojos formando un eje central del que salen unas líneas a modo de ramas y raíces. Entre ambas hay signos triangulares semejantes a los empleados en algunas estelas funerarias romanas y en obras visigodas. Bordeando a la circunferencia hay trazos rojos, similares a los de la esfera de un reloj. Estos últimos se relacionan con la representación de un horologio para la celebración de los ritos litúrgicos.

   Junto al círculo hay dos líneas pintadas en blanco: una de ellas quebrada a modo de montañas y otra horizontal que podría simbolizar al horizonte, tal y como se interpreta en los Beatos.

  En el círculo inferior de la derecha parece encontrarse la representación de un elemento vegetal, a modo de dos árboles cruzados formando una cruz. El árbol ya fue utilizado por antiguas civilizaciones con un significado religioso, asimilado posteriormente por el cristianismo, para el que las raíces se vinculan con la vida interior, el tronco con la vida terrena y las ramas con lo inmaterial y espiritual.
  Partiendo de todo lo señalado los motivos representados en el cancel de Lebeña se han interpretado como una representación de la vida terrenal en su parte inferior (metáfora del árbol, horologio, montañas y cielo), de los círculos celestes y el carácter espiritual del cielo cristiano a través de la resurrección en la zona intermedia (círculos concéntricos y estrella de ocho puntas, respectivamente) y la salvación de Cristo en la parte superior (en los dos círculos que aluden a la salvación de Cristo y, sobre todo, en el gran círculo central)
Estamos, por tanto, ante una pieza de gran valía no sólo por la escasez de restos prerrománicos en la región, sino por el rico contenido simbólico que tiene este cancel de la iglesia de Santa María de Lebeña.
Texto: Isabel Cofiño. Santander
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‘LA PIEZA DEL MES’ es un proyecto de divulgación del Patrimonio Cultural de Cantabria promovido por el Aula de Patrimonio Cultural de la Universidad de Cantabria.

Se plantea como objetivo, una vez al mes (en concreto el primer viernes), acercar a la sociedad de una manera divulgativa y comprensible un objeto mueble o un elemento singular del legado artístico con que cuenta esta región. De este modo, se trata de poner en valor una obra de arte gracias a la repercusión de esta iniciativa en los medios de comunicación y a su divulgación a través de Internet.

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BIBLIOGRAFÍA

AA. VV.: 2000. Anno Domini. La Iglesia en Cantabria. Santillana del Mar, 2000.

CAMPUZANO RUIZ, E.: “El frontal del altar de Lebeña”. Clavis, no 1, 1996, pp. 99-108.

CAMPUZANO RUIZ, E.: Santa María de Lebeña. Iglesia mozárabe del siglo X. Santander, 1998.

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