En la confluencia del río Tarn con el Garona se halla el pueblo de Pommevic. Cuando el caminante arribó a su iglesia parroquial, bajo la advocación de St.-Denis, el cielo amenazaba lluvia. Del edificio románico (s.XI) sólo queda la cabecera semicircular del ábside cubierto con bóveda de horno, y de cañón apuntado, el presbiterio. Uno de los capiteles del arco triunfal representa la escena veterotestamentaria de "Daniel en el foso de los leones".
En el mismo lugar en que la Via se despide definitivamente del Garona, se ubica una capilla equidistante unos metros de Auvillar, otra villa con encanto. El edificio litúrgico fue levantado en honor de Ste.-Catherine du Pont, patrona de los navegantes que surcaban con sus barcazas el Garona, en dirección Burdeos. Por un panel informativo el caminante se entera de que dicha capilla data de la época carolingia y que un crismón, sobre el dintel de la puerta, pertenece a la época románica del siglo XI.
San Denis de Pommevic |
A pesar de los múltiples añadidos, la iglesia de St.-Pierre de Auvillar conserva algunos vestigios como el testero semicircular cerrado con bóveda de horno y su arco triunfal con iconogramas vegetales.
Lectoure, la capital de la comarca, tiene el título de ville fleurie. Asentada en un oppidum fue a la sazón una de las nueve ciudades galas de los Lactorates. Restos de aquella época romana se pueden contemplar en el museo y en algunos rincones de la villa. Ningún vestigio, empero, queda de su época románica.
Ste.-Catherine du Pont |
Si en Auvillar predominan las viviendas de ladrillos con tonos rosados y muros enlucidos, en Lectoure, en cambio, las casas se revisten con piedras calizas de colores amarillos y grises.
Tras pernoctar en Lectoure, el caminante prosigue su andadura al encuentro de algún que otro enclave románico.
Texto y fotos: Javier Pelaz
Auvillar |
Tras pernoctar en Lectoure, el caminante prosigue su andadura al encuentro de algún que otro enclave románico.
Texto y fotos: Javier Pelaz
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