miércoles, 27 de mayo de 2015

CRÓNICA DEL XIV SENDERISMO ROMÁNICO: POR LA SENDA DEL ALTO EBRO.



      El día 16 de mayo los Amigos del Románico de Asturias –Cantabria organizaron  una nueva edición en la que se combina el contacto con la naturaleza y el arte románico. En esta ocasión, se desarrolló  por tierras de Cantabria.

      En Villaescusa de Ebro nos citamos unas 20-25 personas y después de las correspondientes presentaciones,  saludos de reencuentro y reparto de las botellas de sidra (casera, traída por  Cristina para convidarnos), en las mochilas de los caminantes, iniciamos  la marcha por la orilla del rio Ebro en dirección de San Martin de Elines.



      El día no podía ser mejor, con sol y una temperatura estupenda lo cual animaba a todos al disfrute del paisaje y a la conversación.

      Una vez llegamos a San Martin de Elines, nos dirigimos a la Colegiata. Ya en su interior, como es costumbre, entre explicaciones sobre su construcción, capiteles,  arcos, taqueado jaqués y demás elementos  que todos ya conocen, disfrutamos de lo lindo. Antes aprovechamos la ocasión para rendir un  homenaje a don Bertín, el párroco  que mantiene la colegiata -¡qué es un primor!- desde hace más de cuatro décadas. En un acto sencillo el coordinador le entregó un obsequio en nombre de AdR. 

A la derecha, don Bertín emocionado al recibir el obsequio


      Tras la visita, tomamos el  aperitivo en la plazoleta, enfrente de la Colegiata.  Luego, buscamos un lugar al lado del rio con mesas, para colocar y  compartir todas las viandas que llevábamos, y dar buena cuenta de ellas y regarlas con la rica sidra casera
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      Una vez finalizada la sobremesa-tertulia, hicimos el recorrido a la inversa, para bajar la comida y volver a  Villaescusa donde estaban los coches. Algunos participantes ya se despidieron para volver a sus casa y el resto nos fuimos a Orbaneja del Castillo, un pueblo sorprendente por su situación y la cascada de agua tan espectacular que tiene.  Disfrutamos de otro buen rato de tertulia mientras tomamos el café en la plaza y observamos el entorno que es espectacular;  también nos dimos un paseíto por el pueblo, para “hacer pierna” y  tener una vista desde lo alto.



      Como nos parecía aun poco, seguimos ruta y paramos en Escalada para ver la portada románica y de allí al mirador para disfrutar de la vista del  cañón del Ebro, No sé qué decir de ello, es  abrumador el trabajo de la naturaleza a lo largo de los siglos y su resultado.




      Ahora sí, llega la hora de la despedida, la jornada se termina y todos deben regresar a sus casas. Hay abrazos, besos ….. Y quedamos para la próxima.



      Para mí, que es la segunda vez  que voy,  esta combinación me gusta mucho, pero destacaría que lo  más importante es la gente que participa, que te acoge como si fueras de toda la vida, comparte experiencias, conocimientos etc.



      En fin, ¡qué más puedo decir! Mis amigas, que  para ellas era  la primera vez, quedaron entusiasmadas.

      Texto: Macu Fernández. Gijón

      Fotos: Javier G., Emilia y Javi


1 comentario:

  1. También mis amigas, primerizas, quedaron encantadas con la jornada y sobre todo con la gente.
    Siempre es placentero reencontrarnos, conocernos ...
    Gracias a todos

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