Durante
el siglo XI se manifiesta en Teverga una febril actividad constructiva debido
en parte quizás a la facilidad de comunicación con la Meseta a través del
Puerto de Ventana y del Camino Real de la Mesa, antigua calzada romana por
donde a buen seguro se intercambian conocimientos y un nuevo modo de construir:
el Románico. La colegiata de San Pedro y el monasterio
de Santa María de Villanueva mantienen aún su estructura original, aunque muy
reformada ésta última. Se conserva la lápida fundacional fechada en 1036 de un
tercer templo, el de San Miguel, y aunque no ha pervivido estructura
alguna, tal inscripción, aporta el único
dato alusivo a fechas de fundación, ya que de los otros dos existen referencias
documentales pero en fechas posteriores a la construcción. El “Libro Codo” del templo aporta valiosos datos
para la datación de San Pedro al indicar una fecha, 1069. El epitafio de Fernando,
personaje que lucha junto a Alfonso VI en
Toledo, es trasladado tras su muerte a Teverga en 1076. A finales del XI aparece como monasterio
particular en numerosos documentos de donación al obispado ovetense, de quien
depende al haber adquirido rango de Colegiata.
La estructura del templo
presenta aspectos que dificultan su auténtica datación, tomando como acertada
la fecha de 1069 no sorprende reconocer bastantes similitudes con la
arquitectura prerrománica en proporciones y planta, pero otras características
puramente románicas del edificio dificultan esta cuestión. Algunos estudios
consideran que se trata de un ejemplo de transición entre el prerrománico y el
románico o como ejemplo de templo de un románico incipiente, pero que utiliza
ya soluciones importadas de Francia e Inglaterra. Su estructura arcaizante,
aunque románica por cronología, no resulta sorprendente en cuanto se haya
construido aprovechando muros de un edificio prerrománico anterior, práctica
habitual en Asturias en el siglo XI por aprovechamiento de cimientos y muros
más antiguos o por continuidad de un estilo.
La primitiva cabecera
reaparece en las excavaciones realizadas en 1981-82 confirmando su similitud
con San Salvador de Valdediós particularmente, planta basilical de tres naves y
tres capillas con testero recto, y porche a los pies, éste de mayor envergadura
que los precedentes posiblemente con función funeraria. Consta de tres naves separadas por vanos de medio punto, sólo la
central comunica con el templo y en origen a través de una puerta, separando
dos espacios de distinta funcionalidad, de modo similar al panteón ovetense de Santa María y se
mantiene en el templo más próximo por cronología y esquema general: San Juan
Bautista y San Pelayo de León reconstruido en piedra por Fernando I y Doña Sancha.
La tribuna superior al porche de San Pedro de Teverga es de época moderna y su
construcción altera las cubiertas del panteón, cubriendo una bóveda escarzana
la central y viéndose menos alteradas las laterales, que aún apoyan en impostas
de tacos. Las naves presentan la misma estructura común al templo leonés
mencionado con anterioridad; debido al espesor de los muros el cuerpo del
templo sobresale al exterior. Una reforma en el siglo XVII altera en su
totalidad la cabecera del templo, despareciendo arcos de triunfo y capillas.
Las naves se hallan separadas
por amplios vanos de medio punto, cuyos elementos sustentantes, una columna
exenta al centro, un pilar cuadrangular a los pies y cruciforme a la cabecera,
difieren del prerrománico de Valdediós, aunque se mantiene la tendencia a
destacar en altura típico de la “época ramirense” y aún destacable en Valdediós.
Los pilares cruciformes característicos del nuevo
estilo no se emplean en este lugar por
primera vez en Asturias, existen en el Panteón de San Pelayo, siendo una
peculiar característica del templo tevergano las columnas pareadas del arco
triunfal, al modo de algunos lugares clave del románico pleno hispánico como
Frómista (1066), Silos o Jaca (1080). De confirmarse alguna relación con estos
edificios la cronología sería ligeramente posterior.
Claramente románica es la
cantería. Las ventanas originales fueron modificadas,
sólo mantiene su aspecto original la meridional del porche y la portada Sur,
adintelada y con arco de descarga. Una peculiar característica más propia de
modos de hacer anteriores en el tiempo es la sencillez de la talla,
especialmente notoria en los capiteles del porche, aunque podrían atribuirse al
mismo taller que los de la nave y los canecillos, y que encuentran paralelismo
en Leyre y Cardeña, así como en las primeras obras románicas de Borgoña, el
Rosellón o Inglaterra (castillo de Durham). El legado astur queda patente en las basas sogueadas de las columnas del porche, y en las incisiones paralelas de
las impostas de los pilares occidentales de la nave central.
En cuanto a los motivos
zoomórficos, los cuadrúpedos con el rabo sobre el lomo muestran paralelismos
con algún capitel de San Pelayo de Oviedo, los caballos se asemejan a los de la
excepcional pila bautismal de Santa María de Villanueva. Las figuras
antropomorfas del porche son ejemplo del renacer de la incipiente escultura
figurativa que caracteriza el arte románico del mismo modo en que aparecen
esbozos similares an algunos lugares de Francia, sin que ello implique una
influencia directa.
Resultan sumamente enigmáticos
los dos capiteles de las columnas exentas de la nave, de forma troncopiramidal
y tallados de la misma pieza que los collarinos, carentes de ornamentación, y
ábacos, de éstos, el del lado del Evangelio luce rosetas inscritas en círculos
como la imposta del pilar contiguo occidental, y al lado de la Epístola
lacerías vegetales. Las figuras del capitel ocupan
superficies y esquinas, donde sorprenden al visitante unas extrañas figuras de
dos cuerpos monocéfalas de escasa expresividad en sus rostros pero gran
dinamismo. Los capiteles imposta de los arcos fajones de las naves laterales
fueron elaborados con técnicas similares. Un cuadrúpedo con cabeza de oso bajo
un arco fajón se repite en los capiteles de la nave y los canecillos
exteriores. Una gallinácea sólo aparece en este lugar pero tiene paralelismos
con otro de Santa María de Villanueva. El relieve de las figuras es muy
aplanado y los pequeños rasgos se marcan mediante incisión.
Los capiteles del porche se
decoran en la cara occidental y oriental con esquemas vegetales, y a los lados
Norte y Sur con animales de la fauna del entorno, serpientes, caballos,
palomas, felinos… El caballo, representado cinco veces puede relacionarse con
el sentido funerario de tal emplazamiento, como en los edificios del ámbito
funerario del cristianismo primitivo. Una paloma sobre
el caballo y la serpiente en la imposta representan el triunfo sobre la muerte
y la vida del más allá: el caballo como victoria, la paloma como alma que
asciende resucitada y la serpiente en su versión positiva de símbolo de
resurrección por su capacidad de renovar la piel. Las rosetas y estrellas junto a otros
caballos pueden ejercer una función meramente ornamental de rellenar espacios,
pero los símbolos solares aparecen muy pronto en el cristianismo como fuente de
luz y eternidad.
Una de las figuras orantes de
los capiteles exentos del porche eleva los brazos hacia lo alto, lo que es
frecuente en estas representaciones, la otra cruza las manos sobre el pecho. Las palmas que rellenan la superficie del capitel son a su vez
símbolos de inmortalidad, así como los peces de nacimiento y regeneración. La
representación de los opuestos tan común en el románico se observa el capitel
del cuadrúpedo con cabeza de sapo frente a uno de los orantes. Al otro lado un
felino de aspecto monstruoso y en posición de pisar la cruz.
En los capiteles de la nave
alternan humanos y monstruos portando tal vez un mensaje de difícil
interpretación en nuestros días, representados los estamentos de la sociedad
feudal, nobleza guerrera y pueblo campesino. Tal vez
danzas y luchas rituales que enlazan con creencias mágicas del momento.
Texto y fotos: Cristina Sánchez. Gijón
Bibliografía:
“ El Románico en
Asturias”. Mª Soledad Martínez Alvarez. Ed. Trea.
Cada vez te superas a tí misma. Gracias por publicitar el patrimonio histórico-artístico de Asturias
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