sábado, 11 de junio de 2016

UN CRISMÓN ESTAMPADO DE INSCRIPCIONES



      A lo largo de la vía compostelana se fueron erigiendo un buen número de iglesias de peregrinación o de tradición cluniacense, ya que fueron los monjes negros de la abadía de Cluny los propagadores de un depurado estilo arquitectónico y artístico, conocido como “románico dinástico”(1). Nos referimos a la Seo de Jaca, la iglesia de San Martín de Frómista y la catedral de Santiago de Compostela, entre las más selectas. 


      La primera de todas aquellas construcciones jacobeas y la más representativa es sin lugar a dudas la catedral jacetania. Si en un principio hubo serias dudas con respecto a la datación de su construcción hoy los historiadores admiten que fuera erigida posiblemente entre los años 1075 y 1094, en tiempos del rey, Sancho Ramírez. Y si la hemos elegido como el centro neurálgico del románico pleno de nuestro país, no es por otro motivo que de haber plasmado una nueva modalidad dentro de la unidad: el llamado "románico jaqués". 



      Gracias a su idóneo enclave geográfico -en la confluencia de los ríos Aragón y Gas-, el tránsito continuo de peregrinos y el asentamiento de mercaderes y artesanos de origen franco, es cuando Jaca comienza a obtener una relevancia económica hasta el punto que Ramiro I la designó capital de pequeño reino aragonés en 1054 y su hijo, Sancho Ramírez, otorgará a la ciudad el famoso Fuero de 1077. En consecuencia, no resulta extraño que en la nueva urbe se instalara una ceca en donde se acuñaran monedas de oro, los “mancusos”. 


      A medida que nos acerquemos a la seo desde la calle Echegaray nos sorprenderá, a primer  golpe de vista, la solidez del magno edificio con su torre cuadrangular achaparrada. La mejor manera de comenzar la visita es recorrer a paso de tortuga su perímetro exterior.

Portada occidental o Lonja Grande


      Nuestro punto de partida sería la Puerta Occidental o también llamada "Lonja Grande" -y donde vamos  a permanecer un buen rato- a la que precede un amplio nástex, que sirve de soporte a la torre. Lo más espectacular del recuinto es su popular tímpano entre los apasionados al románico.

     En su lisa piedra se representa un grandioso crismón (monograna de Cristo en griego clásico: XP), rodeado de dos leones. El del lado del símbolo Alfa apoya sus patas sobre una figura humana arrodillada que a su vez agarra una serpiente, con una inscripción latina, cuya traducción al castellano es la siguiente:  

Detalle del registro superior de la portada

                    El león se apiada del que se postra a sus pies y Cristo del que lo invoca.

El otro león, en el lado de Omega se acompaña de un oso y un basilisco con otra inscripción: 

                                    El poderoso león aplasta al imperio de la muerte

No acaban las inscripciones ya que existen otras dos en el crismón. Una sobre su anillo:  

En esta escultura reconocerás lo que sigue: P designa al Padre, A al Hijo la doble al Espíritu Santo,
   
                                  los tres son en verdad un único y mismo Señor

Bajo el tímpano se lee última leyenda:

                    Si quieres vivir, tú que estás obligado a la ley de la muerte, ven aquí suplicando, 

                                              renunciando a los alimentos envenenados. 

                        Purifica tu corazón de sus vicios para no morir de una segunda muerte. 

Crismón estampado de inscripciones

      Los expertos atribuyen la realización del relieve al primer taller que trabajó en la catedral, a cuyo artífice se le ha bautizado con el nombre del Maestro de Jaca (2). Y decimos el primero porque hubo otros cuyas manos trabajarían más tarde también en la consolidación de la catedral.

Texto: . Javier Pelaz Beci. Santander

Fotos: Rosa G. Nieves. Madrid
 

(  (1)    La expresión fue acuñada por el historiador cántabro, García Guinea, al haber sido construidos la mayoría de las iglesias por la familia de Sancho III de Navarra. 

   (2) El mismo tiene en su haber algunos capiteles en la puerta meridional  de la misma catedral, el más renombrado es el del Sacrificio de Isaac.


Bibliografía:

-Miguel Ángel García Guinea. Románico en Cantabria. ESTVDIO. 1996

-Jaime Cobreros. Guía del Románico en España. ANAYA. 2007


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