lunes, 9 de febrero de 2015

CUADERNO DE VIAJES: CIRCUITO ROMÁNICO POR LA COSTA ADRIÁTICA ITALIANA

   

      Entre un calor asfixiante llegamos a RÁVENA, la ciudad de los mosaicos. La tumba de Gala Placidia, la basílica de San Vitali y el baptisterio Neoniano tienen mosaicos bizantinos de excelente composición,  calidad y colorido. La basílica de San Vital recuerda un poco a Santa Sofia de Bizancio. Aquélla fue la capital de los bizantinos en Italia y su impronta artística es más que evidente. Es también imprescindible, esta vez desde un punto de vista sentimental más que artístico, la visita a la tumba de Dante. Lo cierto es que entre el calor sofocante ( 39ºC) y el monotema de los mosaicos acabas deseando irte.
San Vitali de Rávena

       Iniciamos el descenso por todo el Adriático  hacia la parte Sur.  Después de una escala en  RÍMINI, el Benidorm italiano, llegamos a BARI. El  casco antiguo (ciutat vechia) está, como casi todos en Italia, muy bien conservado. Es un enclave marítimo con castillo defensivo y callejas muy estrechas, donde los tendederos de ropa enfrentados se tocan. Se respira un ambiente muy mediterráneo con tertulias en la calle al atardecer, charlas e incluso partidas de cartas. En el paseo marítimo hay una extraña quietud, parece que el tiempo se detiene y por un instante recuerda aquel verso de Neruda “son más tristes los muelles cuando atraca la tarde". En este casco antiguo , hay dos iglesias románicas: la catedral de San Sabino y la basílica de San Nicolás. En la primera destaca el esbelto Campanile y el rosetón de la fachada principal. En el interior la doble arcada de la nave central de simetría y ejecución rigurosa. La basílica de San Nicolás es del año 1087 y se construyó para albergar las reliquias del santo, ahora en una cripta debajo del presbiterio. Sobre el altar hay un cimborrio a modo de baldaquino sujeto con columnas rematadas en capiteles  de excelente factura. Ambos conjuntos son un ejemplo del románico apulense, con amplios volúmenes, profusión de arcos en el interior y exterior y aspecto característico por su piedra blanca y su grandiosidad.

Cimborrio de San Nicolás de Bari
  
      Tras una visita a POLIGNANO A MARE, pintoresco pueblo sobre el acantilado con miradores  sobre el mar, plazas pequeñas y bulliciosas y un paseo en barca para visitar cuevas, cuyo principal atractivo es el “tour operator”, Dorino, que te da lecciones de conducción de lancha con el pie y sin manos, mientras increpa a todo aquel que se cruza en su navegar. Fuimos por unas carreteras tortuosas hasta la punta del "tacón de la bota", sin más interés que ver la unión del mar Jónico y Adriático. Al regreso, visitamos LECCE, su principal monumento es la basílica de la Santa Croze, cuya portada barroca parece diseñada por un demente en pleno delirium tremens.

San Nicolás de Bari

      Iniciamos el camino de vuelta hacia el Norte de Italia con parada en PESCARA. En el hotel y por indicación de un guía nos fuimos a visitar una iglesia románica en los Montes Abruzzos, cercanos a la ciudad. Entre carreteras de montaña, no encontramos la iglesia, pero sí un precioso pueblo , SANTA STEFANO, que a juzgar por todo lo que subimos estaba un poco por debajo del purgatorio. En la siguiente etapa, un accidente en la autopista, nos hizo desviarnos y pudimos hacer una visita no prevista a la ciudad de FERRARA . Vimos un castillo imponente y el Duomo;  mezcla de románico, gótico y renacimiento. Por dentro no vale nada pero la portada y el Campanile son muy interesantes. Las esculturas de la portada son más góticas que románicas y aún así excelentes.

Catedral de Ferrara



        Retorno a BÉRGAMO y con una última visita para cenar en la ciutat vecchia, preparamos la maletas y con un montón de fotografías, un sinfín de bellas  imágenes en la retina que con la ayuda del cuaderno de "bitácora" nos ayudarán a poder contárselo a los amigos, regresamos para casa.

Catedral de Módena

Texto y fotos: Tomás Lozano. Santander     
       


    

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