Me refiero a la que se conoce como la "leyenda de Alejandro". Y no es otra que la que se narra en la novela, cuando el vencedor de Gaugamela se halla en el País de los Bienaventurados, situado en un extremo del subcontinente indio. El monarca quiso comprobar por sí mismo si se encontraba, en realidad en el confín de la tierra, tal como se lo había asegurado, en su día, su preceptor Aristóteles.
La novela relata el lance de la siguiente manera:
"Luego de nuevo reflexioné, hablando conmigo mismo, si allí estaba verdaderamente el confín último de la tierra y quise investigar la verdad. Así que mandé capturar dos de las aves de aquel lugar. Eran una aves blancas, gradísimas, muy poderosas y mansas, que al vernos huían. (...) Habíamos capturado dos de ellas y ordené no darles alimento en un plazo de tres días. Al tercer día dispuse que se prepararan un madero con forma de yugo y que se lo ataran al cuello. Luego hice preparar la piel de un buey en forma de cesto, y yo me metí en él. Llevaba en la punta un hígado de caballo. Enseguida echaron a volar las aves para devorar el hígado y yo ascendí con ellas por el aire.
San Juan de Maliaño (Cantabria): Capitel del arco triunfal con la representación de la leyenda de Alejandro |
(...) Al rato me sale al encuentro un ser alado de figura humana y me dice: ¡Oh, Alejandro!, ¿tú que no comprendes las cosas de la tierra, intentas conocer las del cielo? ¡Vuélvete ya hacia la tierra a toda prisa, si no quieres convertirte en pasto de las aves! (...) ¡Dirige de vuelta ahora tu lanza hacia ese redondel que es el mundo, porque la serpiente es el mar que envuelve la Tierra!"
Existen, empero, distintas versiones sobre el referido viaje aéreo: que las aves eran grifos y no dos sino ocho; que despegó desde la cima de una montaña cercana al Mar Rojo ... Mas la esencia del episodio es el mismo: sobrevolar la tierra con un invento ideado por el joven macedónico.
En el atlas del Románico español se muestran en capiteles de algunas iglesias la referida leyenda. Por ejemplo: en Revilla de Collazos (Palencia), Santa Catalina de Azcona, la Magdalena de Tudela, San Juan de Maliaño (sita en el cementerio municipal) y en la capilla del Salvador de la catedral de Santiago de Compostela.
Las versiones en piedra también son distintas dependiendo de la interpretación del artista de turno, pero el mensaje de los comitentes no fue otro que reflejar la soberbia y la arrogancia desmedida en la persona del rey pagano.
Para la profesora Silva Santa Cruz la iconografía románica de este motivo parece derivar del dios Apolo en su carro de sol.
Texto y foto: Javier Pelaz
Bibliografía:
VIDA Y HAZAÑAS DE ALEJANDRO DE MACEDONIA. Pseudo Calístenes. Editorial Gredos, 2007. Traducción de Carlos García Gual.
EL MITO DE ALEJANDRO. Silva Santa Cruz, Noelia. Universidad Complutense de Madrid. Dpto. Historia Medieval.
ALEJANDRO MAGNO Y LA CONQUISTA DEL MUNDO CONOCIDO. Harald Eggebrecht. Revista "National Geographic", Octubre 2013.
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