Pocos personajes de la historia de España son tan conocidos por todos y, a la vez, tan aceptados en su condición de personaje fundamental e incluso héroe y forjador de nuestra identidad como pueblo.
Pero, ¿quién fue en realidad don Pelayo? ¿Fue un noble visigodo o un caudillo indígena astur?
El siglo VIII es bastante parco en información y no tenemos documentos de la época, quizás debido a la situación convulsa que vivió la Península a consecuencia de la invasión musulmana y el consiguiente vacío de poder que produjo. Todas las referencias de la época están en la Crónica Albedense y en las versiones de las Crónicas de Alfonso III. Según la primera, Pelayo era un noble godo, hijo del dux de los astures, Favila, que represaliado por Witiza y, posteriormente, con la subida al trono don Rodrigo, ascendió hasta ser nombrado espatario del rey. Tras la derrota de Guadalete huyó y se refugió en Asturias. Con la ocupación árabe se rebeló. Primero, fue hecho prisionero y trasladado a Córdoba. De allí se fugó refugiándose en las montañas de Covadonga y... ya conocemos lo que vino después. Esta es también a grandes rasgos la versión de las Crónicas de Alfonso III.
Pero la veracidad de estas crónicas es más que dudosa, pues, además, de estar fechadas alrededor del 900 (casi dos siglos después), toda la preocupación de Alfonso III era dar legitimidad a su reinado con la continuidad del anterior reino godo. Es decir, se erigen en los legítimos propietarios del pasado godo y legitiman la recuperación del solar hispano perteneciente en su día al reino de Toledo.
Sobre esta versión, digamos oficial, surgen varias dudas.
1º¿Cómo es posible que un personaje de la alta nobleza goda lleve un nombre latino como Pelayo?
2º Si consideramos primero la resistencia a la romanización y después a la gotización de los pueblos del norte peninsular: astures, cántabros y vascones. ¿Es posible que un noble visigodo, que les habría sojuzgado poco antes, acaudille una rebelión con éxito contra una fuerza invasora más potente?
Actualmente, muchos historiadores ven a Pelayo como un caudillo militar astur, perteneciente a la pequeña nobleza local -propietarios de tierras- y que, posiblemente, pudiera tener algún parentesco, en algun grado, con la nobleza visigoda. De esta manera, sí sería posible que hubiera reunido los apoyos necesarios para una resistencia activa contra el invasor musulmán.
No olvidemos que las crónicas árabes (también bastante posteriores) califican al caudillo astur y sus seguidores como "asnos salvajes". No creo que si fuese un antiguo conde espatario del rey lo hubiesen ninguneado de esa manera.
Los invasores ocuparon el poder en una zona extensa y no con demasiados efectivos. En la mayoría de los casos pactaron con la nobleza visigoda -casos de Casio y Teodomiro como más representativos- tanto alta como media. ¿Qué quisieron pactar con Pelayo? Está fuera de dudas, pues el gobernador Munuza pretendió casarse con Adosinda, una hermana del jefe astur, cosa a la que éste se negó.
(Cruz de Alfonso III, siglo IX. Arte asturiano)
Este mismo hecho nos dice del status social de Pelayo en la zona, como noble importante, pues con él quieren pactar los agarenos.
¿Quisieron los sucesores de aquél darle importancia e inventaron un pasado legendario para justificar la reconquista y erigirse en la monarquía propia y legítima de Hispania que entroncaba con el pasado reciente gótico? ¿Fue don Pelayo un noble visigodo o un caudillo astur?
Posiblemente nunca sabremos cual de las dos cosas (o algo intermedio) fue. Mas sí hay algo en el que todos nos ponemos de acuerdo. Fue él mismo la "patria" de referencia de muchos cristianos de oriegen hispano-romano y visigodo. Desde el hecho de Covadonga había una esperanza de resistir, de conservar nuestro legado romano y después cristiano (en resumen, occidental). Esa voluntad es la que, poco a poco, y durante ocho siglos forjó la historia de España.Y don Pelayo fue el primero.
Autor: Tomás Lozano
Fotos: Javi Pelaz
Sencillo y bien explicado. Me ha gustado. Soy de la creencia en mi modesto entender que era mezcla entre visigodo y cántabro. Enhorabuena
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